Madrid, 21 Mar. (EUROPA PRESS).- El Gobierno de Daniel Ortega ha solicitado formalmente a la Organización de Estados Americanos (OEA) que mantenga la presencia de su representante, Luis Rosadilla, en la mesa de conversaciones que protagoniza con la Alianza Cívica para zanjar la crisis política en Nicaragua.
El secretario general de la OEA, Luis Almagro, ha difundido este jueves por Twitter una carta del ministro de Exteriores de Nicaragua, Denis Moncada, fechada el 20 de marzo en la que éste le solicita “que el señor Luis Rosadilla pueda continuar su importante y valiosa labor como testigo y acompañante internacional”.
“Reconocemos en nota del Gobierno de Nicaragua un elemento fundamental para comprometer a la Secretaría General de la OEA en proceso de diálogo, condición necesaria para la paz, la justicia, el respeto a los Derechos Humanos y la democracia, objetivos fundamentales del pueblo nicaragüense”, ha contestado Almagro en la misma red social.
En la jornada de diálogo que se celebró el miércoles, el Gobierno se comprometió con la Alianza Cívica a liberar en el plazo de 90 días a “todas las personas que la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) ha identificado como preso político”.
Ortega ya anunció en febrero la liberación de 100 presos políticos, a los que en marzo se han sumado otros 50. La oposición nicaragüense cifra en más de 500 las personas encarceladas por motivos políticos en el marco de la crisis actual.
La crisis estalló en abril de 2018. Comenzó con protestas por una polémica reforma de la seguridad social que crecieron rápidamente hasta exigir la “democratización” de Nicaragua, en lo que ha sido el mayor desafío a Ortega en sus quince años de gobierno.
La represión por parte de Policía y grupos armados afines al Gobierno dejó más de 300 muertos y miles de detenidos. Expertos del sistema interamericano que viajaron al país para constatar la situación interna han recomendado en un informe juzgar al presidente nicaragüense por crímenes de lesa humanidad.
El líder sandinista ofreció entonces un diálogo nacional que fracasó por su negativa a convocar elecciones anticipadas. El pasado mes de febrero, las partes acordaron retomar las conversaciones y celebraron las primeras reuniones, aunque sufrieron un breve ‘impasee’ por la represión de las manifestaciones de marzo.