Reuters – El Gobierno de Xi Jinping anunció este viernes 5 de agosto que suspende el diálogo militar de alto nivel con Estados Unidos, así como varios programas de cooperación entre ambos países. Entre ellos, la asistencia antidrogas y la colaboración en repatriación de inmigrantes indocumentados. Las medidas son tomadas en represalia por la visita esta semana de la presidenta de la Cámara de Representantes de EE. UU., Nancy Pelosi, a Taiwán, isla que Beijing reclama como propia.
El Gobierno de Xi Jinping anunció este viernes 5 de agosto que suspende el diálogo militar de alto nivel con Estados Unidos, así como varios programas de cooperación entre ambos países. Entre ellos, la asistencia antidrogas y la colaboración en repatriación de inmigrantes indocumentados. Las medidas son tomadas en represalia por la visita esta semana de la presidenta de la Cámara de Representantes de EE. UU., Nancy Pelosi, a Taiwán, isla que Beijing reclama como propia.
Beijing no disipa su furia. Tras lanzar ejercicios con misiles cerca de Taiwán, ahora toma medidas que apuntan al Gobierno de Estados Unidos.
El Ministerio de Relaciones Exteriores de China anunció este viernes 5 de agosto la suspensión de varios programas con Washington: la cooperación antidrogas, la colaboración contra delitos transfronterizos, la repatriación de inmigrantes indocumentados y el mecanismo de seguridad marítima. También cancela las conversaciones sobre el clima y los diálogos militares de alto nivel entre ambas naciones.
Además, Beijing anunció por separado que sancionaría personalmente a la presidenta de la Cámara de Representantes de EE. UU., Nancy Pelosi, y a su familia inmediata por sus acciones «despiadadas» y «provocadoras».
Poco antes del anuncio formal, la Cancillería china advirtió que tomaría medidas en represalia. Las decisiones se producen luego de la breve visita de Pelosi a Taiwán el pasado martes 2 de agosto. Beijing advirtió que no lo hiciera y amenazó con una “dura respuesta”.
La tensión entre las dos potencias aumenta en medio de lo que Beijing considera una forma de retarlo y Washington señala que respalda los valores democráticos.
La Casa Blanca convocó el jueves 4 de agosto al embajador chino, Qin Gang, para condenar la escalada de acciones militares de su país contra Taiwán, y reiterar que Estados Unidos no quiere una crisis en la región, según un informe publicado este viernes por ‘The Washington Post’.
Pero la Administración de Xi Jinping no está dispuesta a que se le conceda ningún tipo de respaldo internacional a la autonomía de Taiwán.
En las últimas horas, el Ministerio de Exteriores chino también informó que convocó al diplomático canadiense en Beijing, Jim Nickel, para protestar sobre la participación de Ottawa en un comunicado emitido por los cancilleres del G7, en el que pidieron a Beijing que resuelva de forma pacífica la tensión en torno al estrecho de Taiwán.
Para Beijing, cualquier acción que considere que legitima la independencia del territorio taiwanés, como una visita de un político extranjero de alto nivel, es una violación a su “soberanía”. La isla, que desde hace décadas funciona de manera independiente con su propio Gobierno y Ejército, es vista por el Gobierno de Xi como una provincia renegada, que debe reunificarse con el resto de China continental.
Prensa china afirma que misiles de su país cruzaron Taiwán
Las fuerzas militares chinas continúan este viernes con los “simulacros de fuego real” contra la isla.
El Ejército informó mediante un comunicado que en las últimas horas realizó ejercicios de combate aéreo y marítimo en el norte, suroeste y este de Taiwán. Agregó que sigue «probando las capacidades de combate conjuntas de las tropas».
Los medios estatales chinos reportaron que en las operaciones de esta jornada los misiles lanzados por China cruzaron el espacio aéreo taiwanés.
“Nuestros ejercicios esta vez incluyeron pruebas de tiro real, y fue la primera vez que cruzaron la isla de Taiwán”, aseguró Meng Xiangqing, profesor de la Universidad de Defensa Nacional, afiliada al Ejército de China, durante una entrevista con la cadena estatal ‘CCTV’, en la que elogió la precisión de Beijing.
Xiangqing explicó que los proyectiles atravesaron un espacio aéreo donde los Patriot, un sistema de misiles tierra-aire que sería una defensa crucial contra los aviones de combate chinos, están densamente desplegados.
Entretanto, la agencia de noticias oficial de China, Xinhua, informó que sus fuerzas militares “volaron más de 100 aviones de combate, incluidos cazas y bombarderos”, así como “más de 10 destructores y fragatas”.
Posteriormente esta información fue confirmada por el Ministerio de Defensa taiwanés, al indicar que algunos de los aviones militares chinos cruzaron «deliberadamente» una barrera que separa los dos territorios.
La cartera reprochó que con esas acciones Beijing ha «dañado gravemente» el statu quo y «hostigado» el espacio aéreo y acuático de Taiwán.
La línea crucial corre por el medio del Estrecho de Taiwán, que separa a esa isla y China. Se trata de una frontera no oficial, pero que alguna vez fue respetada.