Ante la ausencia de Gustavo Petro y Francia Márquez del territorio colombiano, el presidente designó como ministra delegatoria para ejercer funciones presidenciales a Gloria Inés Ramírez, quien añoraba que en Colombia «estuvieran las ideas de Chávez» y destacaba haber observado en Caracas «la convicción y la decisión de seguir defendiendo el proceso revolucionario bolivariano»
Con menos de un mes en el poder, el presidente de Colombia, Gustavo Petro, dejó a su ministra del Trabajo, la comunista y férrea defensora del chavismo Gloria Inés Ramírez, como delegada para ejercer funciones presidenciales durante su viaje a Perú en el marco del XXII Consejo Presidencial Andino, donde le brinda con su presencia un espaldarazo a su homólogo peruano, Pedro Castillo, en medio de una nueva solicitud de vacancia y al menos seis investigaciones en su contra.
La escogencia de Ramírez entre los 18 altos funcionarios que conforman el gabinete de Petro y la parada en Lima para estrenar la banda presidencial reflejan el cálculo político del mandatario a la hora de tomar decisiones. Ramírez representa al espectro político más radical en el Ejecutivo. “Ya quisiéramos nosotros que aquí estuvieran las ideas de Chávez, de Evo, de Rafael Correa y de todos los que están construyendo patrias soberanas e independientes”, se le escuchó decir en un video luego de haber asistido al funeral de Hugo Chávez en Caracas, donde dijo haber observado «la convicción y la decisión de seguir defendiendo el proceso revolucionario bolivariano». Ella es la viva imagen del castrochavismo que durante la campaña la izquierda ocultó muy hábilmente.
Intereses ideológicos
Petro aprovechó la discrecionalidad que otorga la Constitución para elegir al «ministro delegatario» a su conveniencia. Según el artículo 196 de la carta política, «cuando el presidente de la República se traslade a territorio extranjero en ejercicio de su cargo, el ministro a quien corresponda, ejercerá bajo su propia responsabilidad las funciones constitucionales que el presidente le delegue, tanto aquellas que le son propias como las que ejerce en su calidad de jefe del Gobierno».
Para ello, es necesario que este funcionario pertenezca al mismo partido o movimiento político del presidente. Ramírez pertenece al Partido Comunista Colombiano (PCC), que forma parte del Pacto Histórico, la coalición que impulsó la candidatura de Petro.
De Bogotá a la NASA
Mientras Gloria Inés Ramírez ejerza como delegada presidencial de Petro tiene prohibido viajar al extranjero sin previo aviso al Senado o a la Corte Suprema de Justicia. Infringir esta disposición equivale a un «abandono de cargo». Es su momento de demostrar lealtad al exguerrillero del M-19 que hoy ostenta el poder, después de que la acusara de mantener «vínculos inapropiados» con las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) en un cable de la embajada de Estados Unidos filtrado a los medios en 2008.
Ha sido una oportunidad para la dirigente comunista y para el ala más radical del gobierno que ha mostrado un acercamiento más estrecho con el chavismo, considerando que la vicepresidente Francia Márquez, a quien le correspondía cubrir a Petro, viajó a Estados Unidos para el lanzamiento de la misión Artemis 1 de la NASA desde el centro espacial Kennedy, ubicado en Caño Cañaveral, Florida, que finalmente fue aplazado. La segunda al mando en el Ejecutivo fue blanco de duras críticas por haber confundido la astronomía con la astrología.
Tercera solicitud de vacancia
Petro viaja confiado. No sólo porque deja a Ramírez como cabeza de su gobierno sino porque su aterrizaje en Perú significa el comienzo de la expansión de su imagen de «redentor identitario» en la región.
Castillo lo necesita y Petro lo capitaliza. El mandatario peruano está en crisis por las seis investigaciones en su contra por presunta corrupción, en las que también aparecen imputados su esposa, Lilia Paredes, un puñado de familiares y exfuncionarios del tren Ejecutivo.
Un espaldarazo de Petro en medio de la inestabilidad es oxígeno para Castillo cuando el congresista del Partido Avanza País, Diego Bazán, revelo en entrevista con la emisora colombiana W Radio que tiene lista la tercera solitud de vacancia por incapacidad moral.
El borrador ya comenzó a circular en el Congreso como anticipo a su presentación formal en los próximos días. Según Bazán «la salida del señor Castillo en las próximas semanas va a ser inevitable».
Un salvavidas para Castillo
Petro llega en un momento cumbre, similar a cuando el secretario general de la Organización de Estados Americanos, (OEA), Luis Almagro, aterrizó en diciembre en Lima, en víspera del debate de la primera moción de vacancia. Ambos transmiten un mensaje tácito para el parlamento: Castillo cuenta con reconocimiento internacional.
Gustavo Petro le demuestra al hemiciclo que le negó el permiso a Pedro Castillo para asistir a su toma de posesión que el mandatario peruano goza de legitimidad. También viajaron a Lima los presidentes Luis Arce de Bolivia y Guillermo Lasso de Ecuador para participar en la primera cumbre presencial de la Comunidad Andina de Naciones (CAN) desde que estalló la pandemia del COVID-19. El viaje de Petro a Perú tiene particular relevancia por ser Castillo el primer mandatario al que visita de manera oficial como presidente de Colombia.
Por su parte, el centroderechista Guillermo Lasso tenía el compromiso de acudir para entregar a su homólogo peruano la presidencia pro tempore de la CAN, aún cuando Pedro Castillo no tiene garantía de poder sostener la presidencia del país hasta el final del mandato.
Agencias Noticias y Panampost.com