Los manglares, vitales para la preservación de formas de vida costeras y marinas, están desapareciendo rápidamente y tres cuartas partes de ellos en el mundo están amenazados, advirtieron entidades de las Naciones Unidas con motivo del Día Internacional para la Conservación de los Manglares, este miércoles 26.
“Mucho más que maravillas naturales, los manglares son ecosistemas únicos, especiales y vulnerables, y están desapareciendo rápidamente. Más de tres cuartas partes están amenazados”, dijo Audrey Azoulay, directora general de la Unesco (Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura).
Por ello la Unesco, explicó Azoulay, decidió actuar para protegerlos, así como a otros valiosos ecosistemas, mediante sus geoparques, sus sitios del Patrimonio Mundial y sus reservas de biosfera.
Los manglares, ecosistemas en el límite entre la tierra y el mar, mantienen una rica biodiversidad, son refugio y lugar de cría para numerosas especies acuáticas, protegen las costas de la erosión y se los considera “héroes climáticos” por ser sumideros de carbono y contribuir a moderar el calor extremo en sus áreas.
Una declaración del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (Pnuma) destacó que estos bosques costeros son a menudo incomprendidos e infravalorados, pues se los percibe a veces como “zonas sucias” o “muertas”.
Se les considera así un terreno baldío que podría talarse en favor de playas de arena, complejos turísticos ostentosos u otras urbanizaciones, y “esta percepción no podría estar más lejos de la realidad. Son los
únicos árboles que prosperan en aguas saladas y mejoran la calidad del agua filtrando nutrientes y sedimentos”, recordó el Pnuma.
“También están llenos de vida: más de 1500 especies de plantas y animales dependen de los manglares, entre ellos peces y aves que utilizan sus aguas poco profundas como viveros”, y además son útiles para mamíferos como monos, perezosos, tigres, hienas y perros salvajes africanos, señaló el organismo.
El Pnuma subraya que proteger esos hábitats y restaurar los dañados también ayuda a combatir el cambio climático, ya que almacenan una media de 1000 toneladas de carbono por hectárea en su biomasa y suelos subyacentes.
Los manglares “son un ecosistema extraordinariamente diverso e importante que trabaja en tándem con otros ecosistemas, como las praderas marinas y los arrecifes de coral”, apuntó la jefa del Departamento de Medio Marino y Agua Dulce del Pnuma, Leticia Carvalho.
Esos ecosistemas “son esenciales no sólo para la salud de nuestros océanos y costas y la biodiversidad que albergan, sino también para el bienestar de los seres humanos”, indicó Carvalho.
En particular “son fuente de suministro de alimentos para muchos pueblos indígenas y comunidades locales en todo el mundo”, agregó la responsable.
Por su parte, la Iniciativa Internacional de Arrecifes de Coral (Icri) recordó que para 1500 millones de personas el pescado es la fuente de proteína más crítica y en los países de bajos ingresos con déficit de alimentos, casi 20 % de la ingesta promedio de proteína animal proviene del pescado.
La desaparición de los manglares “tendría consecuencias dramáticas para la pesca en los países en desarrollo”, según la Icri.
Por el contrario, la restauración de los manglares podría agregar miles de millones de peces e invertebrados jóvenes, comestibles y comercialmente valiosos a las aguas costeras cada año, apoyando la seguridad alimentaria a medida que la población humana continúa creciendo, agregó la entidad.
El Pnuma ha identificado como el principal motor de la pérdida de manglares al desarrollo costero, ya que esos bosques se talan para dar paso a edificios y piscifactorías, las granjas para criar peces y camarones.
Fuente. UPS