Los trabajadores migrantes están expuestos a riesgos climáticos crecientes precisamente en el país sede de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Clima, Emiratos Árabes Unidos, denunció este martes 21 la organización Human Rights Watch (HRW).
Esos trabajadores y sus comunidades de origen “se encuentran entre los que menos contribuyen a la crisis climática, pero a menudo son los que están más expuestos a los daños climáticos y están luchando para afrontarlos”, dijo en esta capital libanesa Michael Page, vicepresidente de HRW para Oriente Medio.
Dubái, capital del emirato del mismo nombre, uno de los siete que integra el país, albergará del 30 de noviembre al 12 de diciembre la 28 Conferencia de las Partes (COP28) de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático.
Según HRW, muchos de los migrantes, 88 % de quienes laboran en ese país, trabajan en condiciones de calor extremo sin protecciones adecuadas, lo que puede causar daños crónicos a su salud.
Además, “enfrentan otros abusos laborales generalizados, como el robo de salarios y tarifas de contratación exorbitantes, que han restringido su capacidad para mantener a sus familias en sus países de origen, incluso durante eventos climáticos extremos a menudo relacionados con el cambio climático”.
Esos abusos, indicó la organización humanitaria, ocurren en un contexto en el que los Emiratos Árabes Unidos y otros emisores históricos alimentan la crisis climática, pues se trata de uno de los mayores productores de petróleo y gas natural y uno de los mayores emisores per cápita de gases de efecto invernadero.
Emiratos Árabes Unidos, de 83 600 kilómetros cuadrados y 10 millones de habitantes, produce al día cuatro millones de barriles (de 159 litros) de petróleo crudo y anualmente 58 000 millones de metros cúbicos de gas.
“Los trabajadores migrantes radicados en los Emiratos Árabes Unidos y sus comunidades en sus países de origen se encuentran entre los que menos contribuyen a la crisis climática, pero a menudo son los que están más expuestos a los daños climáticos y están luchando para afrontarlos”: Michael Page.
Para el estudio que sustenta sus denuncias, HRW entrevistó entre mayo y septiembre de 2023 a 73 trabajadores actuales y anteriores con base en los Emiratos Árabes Unidos, y a 42 familias de trabajadores migrantes, procedentes de Pakistán, Bangladesh y Nepal.
De ello, 94 entrevistados viven o provienen de áreas que ya enfrentan devastadoras consecuencias de la crisis climática, como inundaciones, ciclones y salinización de tierras agrícolas.
Los trabajadores al aire libre entrevistados, anteriores y actuales, laboraban en tareas como construcción, limpieza, agricultura, pastoreo de animales y seguridad, y a menudo estaban expuestos al calor extremo de los Emiratos Árabes Unidos, que también está aumentando debido al cambio climático.
Un guardia de seguridad que trabajaba al aire libre dijo a HRW que “me he desmayado varias veces por el calor, sudo, mi cara se quema. El supervisor nos asusta, pero tenía préstamos (de contratación) que pagar y no podía permitirme el lujo de que me despidieran. Así que me esforcé”.
Un pakistaní técnico en refrigeración dijo que “el calor excesivo en los Emiratos hace imposible vivir sin aire acondicionado. La reparación de unidades es similar a una emergencia, los clientes exigen reparaciones rápidas. Trabajaba 14 horas al día, sin seguro médico y deducciones de paga los días que estaba enfermo”.
Más allá de las protecciones térmicas inadecuadas, los trabajadores migrantes también están sujetos a graves abusos laborales, según HRW, como el robo de salarios y tarifas de contratación exorbitantes, que afectan su capacidad para enviar remesas a sus hogares.
“En el centro de la facilitación de tales abusos se encuentra el patrocinio inherentemente abusivo, o sistema kafala, que vincula sus visas a sus empleadores y los hace altamente vulnerables, incluida la restricción de la movilidad laboral y la confiscación de pasaportes”, destacó el informe.
Además, “los Emiratos Árabes Unidos también prohíben los sindicatos, lo que inhibe la capacidad de los trabajadores para exigir protecciones laborales más fuertes”.
Los trabajadores domésticos, que están excluidos de la legislación laboral de los Emiratos Árabes Unidos, junto con los pastores y los trabajadores agrícolas, son aún más vulnerables a la explotación.
Debido a que muchos trabajadores son víctimas de abusos como tarifas de contratación exorbitantes, violaciones de contratos, visas fraudulentas y robo de salarios, se ven aún más limitados a la hora de enviar a casa pagos de remesas.
Las remesas son una fuente de ingresos fundamental para las familias de los migrantes. Bangladesh y Pakistán, grandes aportantes de mano de obra, se encuentran entre los 10 principales receptores de remesas a nivel mundial.
HRW sostiene que los gobiernos que asistan a la COP28 “deberían presionar a los Emiratos Árabes Unidos para que apliquen reformas laborales”.
Además, los gobiernos más responsables del cambio climático, “así como las principales compañías petroleras privadas, deberían ofrecer financiamiento climático a las comunidades de países vulnerables como Nepal, Bangladesh y Pakistán, que han sido los más afectados por el cambio climático”, planteó HRW.
(*) Este artículo es publicado por acuerdo con la agencia de noticias IPS.