El lunes, el Gobierno de Gustavo Petro, representado por la canciller Laura Sarabia, pidió a la Organización de Naciones Unidas que excluya la hoja de coca —base para producir cocaína— de la lista de sustancias prohibidas por sus supuestos riesgos para la salud.
«La ciencia probará que la hoja de coca, por sí misma, no daña la salud. Solo podremos quitársela de las manos a los narcotraficantes si impulsamos su uso en industrias como fertilizantes o bebidas», afirmó Sarabia en una convención sobre estupefacientes de la ONU realizada en Viena.
«Cambiar el enfoque global sobre las drogas no implica aceptar el narcotráfico, sino equiparnos con estrategias más efectivas para enfrentarlo. No podemos repetir los fallos del pasado. Para Colombia, replantear esta política es un asunto de vida y paz», subrayó la canciller en su intervención.
Esta propuesta se alinea con planteamientos previos del presidente Petro, quien ha defendido la legalización de la hoja de coca y otras drogas. Según él, existen sustancias legales más nocivas y mantener la prohibición solo alimenta las redes económicas que sostienen a los cárteles del narcotráfico.