(Sputnik, 16/10/2019)
Un grupo de economistas del Fondo Monetario Internacional (FMI) cuantificó el valor de una función primordial que cumplen las ballenas más grandes del planeta: reducir el calentamiento global. Calcularon cuánto ahorraríamos en tiempo, tecnología y dinero si tan solo invirtiéramos en cuidar y conservar a estos gigantes marinos.
Se trata del primer estudio que intenta cambiar la forma en que pensamos sobre estos cetáceos cuantificando el beneficio que nos proporcionan en dólares y centavos. De acuerdo con el informe del FMI, el servicio al ecosistema que nos ofrecen las ballenas puede valer millones de dólares por cada animal.
Resulta que protegerlas puede limitar los gases de efecto invernadero y por ende, reducir potencialmente el calentamiento global. Y es que un equipo de biólogos marinos descubrió que las ballenas, especialmente las grandes ballenas, juegan un papel importante en la captura de dióxido de carbono (CO2) de la atmósfera. Si bien el descubrimiento se dio en 2014, el FMI reivindica el dato ahora como una clave para la economía mundial.
¿Cuánto carbono acumula una ballena?
Las ballenas acumulan carbono en sus cuerpos durante su larga vida (hasta 200 años). Cuando mueren, se hunden hasta el fondo del océano y se llevan con ellas un promedio de 33 toneladas de CO2. Pero, ¿cómo lo hacen?
Puesto que son los seres vivos más grandes del planeta, cada ballena traslada consigo extensas poblaciones de pequeños fitoplancton. Estas criaturas microscópicas no solo aportan al menos el 50% de todo el oxígeno a nuestra atmósfera, sino que también capturan alrededor de 37.000 millones de toneladas métricas de CO2.
Esto equivale a la cantidad acumulada por cuatro bosques amazónicos y 70 veces lo que absorben todos los árboles en los Parques Nacionales y Estatales de Redwood de Estados Unidos cada año, según define la investigación del FMI.
Además, las ballenas tienen un poder multiplicador de aumentar la producción de fitoplancton donde quiera que vayan: sus desechos contienen exactamente las sustancias, especialmente hierro y nitrógeno, que el fitoplancton necesita para crecer. De ahí que la protección de estos cetáceos gigantes pueda contribuir significativamente a frenar el calentamiento global.
«La naturaleza ha tenido millones de años para perfeccionar su tecnología de sumidero de carbono basada en ballenas. Todo lo que necesitamos hacer es dejar vivir a las ballenas», destaca el informe del FMI.
¿Por qué conviene invertir en ballenas? Los números…
Aunque los beneficios climáticos de las ballenas los recibimos todos, el principal problema para salvarlas radica en la coordinación global. Al ser un bien común y como sucede en la vida misma, no todo el mundo se siente comprometido con cuidar lo que es de todos.
Por eso, para resolver la coordinación internacional, los economistas del FMI sugieren que todos nos preguntemos ¿cuánto aporta monetariamente una ballena?. Ellos mismos sacaron las cuentas utilizando estimaciones científicas de la cantidad de ballenas que contribuyen al secuestro de carbono, el precio de mercado del dióxido de carbono y la técnica financiera de descuento.
También se tuvo en cuenta el valor actual de otras contribuciones económicas de la ballena, como la mejora de la pesca y el ecoturismo. Así y todo, aseguran que el resultado es bastante conservador, pero la matemática y la ciencia dicen que una ballena promedio aporta más de 2 millones de dólares, y fácilmente más de 1 billón para el stock actual en los océanos.
Para salvar a estos cetáceos gigantes, los economistas proponen clonar el programa REDD de las Naciones Unidas (ONU) que ofrece incentivos a los países para preservar sus bosques. De la misma forma es posible crear mecanismos financieros para promover la restauración de las poblaciones de ballenas del mundo.
Este tipo de compensaciones podrían ayudar a aquellos que hoy ya invierten en proteger las ballenas. Lo primero sería establecer una institución financiera para proteger a las ballenas y otros activos naturales. Los economistas calculan que tal proyecto costaría unos 13 dólares por persona al año.
También indican que las instituciones financieras internacionales, en asociación con otras agencias de la ONU y organizaciones multilaterales, son ideales para asesorar, monitorear y coordinar las acciones de los países en la protección de las ballenas.
Aquí es donde el FMI se ofrece para ayudar a los gobiernos a integrar el beneficio macroeconómico que proporcionan las ballenas y mitigar así el cambio climático. También propone al Banco Mundial utilizar toda su experiencia en diseñar e implementar programas específicos para compensar a los esfuerzos de colectivos para proteger a las ballenas.