(RT) Grupos indígenas colombianos, entre los que se encuentra la Organización Regional Indígena del Valle de Cauca (Orivac), han denunciado los recientes homicidios de campesinos e indígenas y han pedido el pronunciamiento de distintos organismos colombianos e internacionales frente a estos hechos de violencia.
En un comunicado, fechado el 14 de junio, esta organización manifestó su rechazo por los recientes «asesinatos sistemáticos» de campesinos e indígenas que han ocurrido en la zona rural del Valle del Cauca, donde hay enfrentamientos por el control territorial y el establecimiento de cultivos ilícitos entre grupos armados, organizaciones criminales y guerrilleros desmovilizados.
En el texto, la Orivac refiere los asesinatos recientes de Leider Trompeta Chate, ultimado a disparos por desconocidos, el pasado 13 de junio, en el corregimiento de Juntas Dagua, mientras descansaba en casa de sus suegros.
De igual manera, menciona el caso del campesino y líder de la Junta Comunal de La Puerta, en el corregimiento de Juntas, Edilfonso Sarría Narváez, quien fue asesinado el pasado 27 de mayo.
También se hace referencia a la situación de violencia que se generó cuando hombres fuertemente armados atacaron el caserío del Nogal, perteneciente al resguardo indígena Kwet Wala. Los desconocidos dispararon a quienes se encontraban en el lugar y asesinaron a los campesinos Humberto de Jesús Campo y Omar Ignacio Ipia Noscue.
Finalmente, piden a los organismos como la Defensoría del Pueblo, la Contraloría, la Procuraduría y a la Misión de Observación de la Organización de Naciones Unidas (ONU) en Colombia «que se pronuncien ante esta grave vulneración de los derechos de los pueblos indígenas y campesinos del Valle del Cauca».
Hasta el pasado 4 de junio, el Instituto para el Desarrollo de la Paz (Indepaz) contabilizó 135 líderes sociales y defensores de derechos humanos asesinados en Colombia durante este 2020.