( PRENSA LATINA ) La implementación del acuerdo de paz alcanzado por las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia-Ejército del Pueblo (FARC-EP) y el gobierno de Juan Manuel Santos atraviesa hoy un momento crítico, afirmó el senador de Alianza Verde Antonio Sanguino.
En declaraciones a Prensa Latina vía WhatsApp, Sanguino explicó que por un lado hay un contexto de recrudecimiento de la violencia en las zonas de desarme de las FARC-EP.
‘Alimentadas por las economías ilegales como la minería y el narcotrafico, y estimuladas por la debilidad del Estado o la complicidad de agentes del mismo, expresiones violentas, incluyendo disidencias y grupos neoparamilitares ocupan dichos territorios.
Sin embargo, los excombatientes y las comunidades defienden el Acuerdo de Paz y trabajan diariamente por su puesta en práctica, aseguró el congresista colombiano.
Sanguino considera que urge registrar el limitado compromiso del gobierno con el Acuerdo firmado el 26 de septiembre de 2016, luego de más de cincuenta años de conflicto armado.
‘Los proyectos de reincorporación de los exguerrilleros no alcanzan el 20 por ciento, los compromisos en materia de víctimas no se cumplen y no se avanza en el cumplimiento de las reformas del campo y los planes de sustitución de cultivos de hoja de coca’, recalcó el político.
Aseguró que ni un solo proyecto de ley ha presentado el gobierno de Iván Duque para materializar el Acuerdo de Paz y más bien insiste en el retorno de las fumigaciones con glifosato para la erradicación de cultivos ilícitos.
En tal sentido, los campesinos o pequeños cultivadores de hoja de coca son empujados a esa actividad por históricas condiciones de exclusión social y pobreza en el campo. La erradicación forzosa ha demostrado su fracaso porque es una política del pasado, señaló.
Comentó a Prensa Latina que en Colombia se ha fumigado cerca de dos millones de hectáreas y aún hay 150 mil hectáreas sembradas con esas plantas, pero sin un programa de recuperación integral y democratización de la propiedad agraria cualquier esfuerzo de sustitución de los cultivos ilícitos está condenado al fracaso.
‘Aun así, mientras el porcentaje de resiembra en las zonas de erradicación forzosa está por encima del 80 por ciento, en las de sustitución voluntaria apenas llega al seis por ciento’, detalló Sanguino.
Los datos recientes de Naciones Unidas indican que mientras en el 2019 disminuyó el área de cultivo de hoja de coca en un nueve por ciento, la producción de cocaína aumentó un 15 por ciento, acotó.
Por otro lado, el asesinato de líderes sociales, campesinos e indígenas y de excombatientes constituye la mayor amenaza al Acuerdo alertó el senador.
En su opinión, sin la garantía de la vida de los líderes de las comunidades que fueron escenario de la guerra entre el Estado y las FARC-EP, y de los firmantes del Acuerdo, la paz se hace insostenible en el país suramericano.
Detalló que el asesinato de más de 400 líderes y 200 excombatientes golpea la credibilidad del Acuerdo y estropea la promesa de democratización de la sociedad que trae el pacto de paz.
‘Claro que la presencia de tropas norteamericanas en Colombia también afecta de manera notable el Acuerdo no solo porque actuarán directa o indirectamente en las zonas de su implementación, sino porque esta presencia se articula con una acción de Estados Unidos contra el gobierno venezolano que podría desembocar en un conflicto bélico con el vecino país con efectos devastadores sobre la paz en Colombia.
Para superar definitivamente la violencia y conquistar la Paz se requiere compromiso pleno con la implementación del acuerdo, concertar una negociación con el Ejército de Liberación Nacional y desarrollar una política exterior respetuosa y amistosa con nuestros vecinos, en especial con Venezuela, resaltó el congresista.