( REUTERS ) Los vecinos España y Portugal reabrieron el miércoles su frontera común para todos los viajeros tras haber permanecido cerrada durante tres meses para evitar la propagación del coronavirus, para alivio de los negocios locales que se habían visto en aprietos para seguir a flote sin el aporte del turismo.
“Esto ha sido desolador desde que reabrimos en mayo. No hay clientes”, dijo a Reuters José Valentim, un propietario de restaurante en la ciudad fronteriza de Elvas. “Esperamos que a partir de hoy algunos españoles puedan comenzar a venir”.
Para Luis Pinheiro, un capataz de construcción de 53 años que cruza la frontera a diario desde la ciudad española de Badajoz a su Portugal natal, la reapertura tiene un significado tanto emocional como económico.
“Ahora puedes empezar a ver a los amigos que has echado de menos durante mucho tiempo”, dijo. “Habrá una gran reunión y esto comenzará a traer de vuelta la conexión entre los dos países”.
Con la presencia del rey español Felipe VI y del presidente portugués Marcelo Rebelo de Sousa, así como del presidente del Gobierno español Pedro Sánchez y su homólogo portugués, el primer ministro António Costa, la frontera común de 1.200 kilómetros (750 millas) fue declarada abierta en un acto solemne.
Durante la breve ceremonia celebrada en la ciudad española de Badajoz, los mandatarios de ambos países escucharon como una orquesta de cuerda tocaba sus respectivos himnos nacionales mientras sus banderas ondeaban a sus espaldas.
“Somos dos pueblos hermanos que comparten no sólo la historia, la cultura y la afinidad, sino también una visión de lo que ocurrió con la pandemia y los desafíos y transformaciones que tenemos por delante”, dijo Sánchez en Elvas.
Todas las demás restricciones al viaje dentro de la Unión Europea fueron levantadas la semana pasada.
“De esta frontera abierta depende nuestra prosperidad compartida y un destino común en el proyecto europeo”, había tuiteado Costa en su cuenta de Twitter el miércoles antes del evento. “La pandemia nos ha ofrecido una visión de un pasado al que no queremos regresar: el de un continente de fronteras cerradas.”
La frontera había permanecido abierta al transporte de mercancías y al tráfico comercial transfronterizo durante la epidemia, pero cerrada al turismo desde mediados de marzo.
Ahora la frontera vuelve a estar abierta al tráfico, incluidos los viajes cortos y las visitas familiares.
El miércoles la mayoría de los portugueses vio como su situación se relajaba ligeramente, aunque las reuniones todavía estaban limitadas a 20 personas, mientras las restricciones siguen siendo más estrictas en el extrarradio de Lisboa, donde que las autoridades se enfrentan a un preocupante aumento de los casos de coronavirus.
Portugal, que había sido aplaudido por su éxito en la gestión del coronavirus, cuenta ahora con el segundo número más alto de casos por cada 100.000 habitantes en Europa en los últimos 30 días después de Suecia, según el Centro Europeo para la Prevención y el Control de Enfermedades.
El país argumenta que su considerable número de casos responde a su alto número de pruebas realizadas.
Con casi 250.000 casos y más de 28.000 muertes, España ha sufrido más por la pandemia, si bien las autoridades han logrado controlar el brote mediante uno de los regímenes de confinamiento más estrictos del mundo.
El estado de alarma en el país expiró hace dos semanas, permitiendo a los españoles viajar por todo el territorio nacional.