( REUTERS ) El presidente francés Emmanuel Macron nombró el viernes a Jean Castex, un alcalde y alto cargo de la Administración francesa que orquestó la salida del país del confinamiento impuesto por la pandemia de coronavirus, como primer ministro en una remodelación de del gabinete con la que busca recuperar los votos perdidos.
A sus 55 años, Castex pertenece al centroderecha del espectro político francés y sirvió durante dos años como la segunda autoridad de más alto rango en el Palacio del Elíseo durante la presidencia de Nicolas Sarkozy.
Un representante del Elíseo describió a Castex como un alto cargo de la Administración cuya experiencia en la política local podría ayudar a Macron a conquistar la Francia de provincias. Castex es un “gaullista social”, dijo el representante, en referencia a la postura de corte social y más favorable al intervencionismo del ala del centroderecha del que proviene el nuevo primer ministro galo.
El anuncio siguió a la dimisión de Édouard Philippe como primer ministro de cara a una inminente reestructuración del Gobierno francés.
El presidente Macron remodelará su Ejecutivo en un momento en que Francia se enfrenta a su mayor crisis económica desde la Segunda Guerra Mundial, con una drástica caída que hará retroceder a la economía nacional en torno un 11% en 2020 y echará por tierra numerosos puestos de trabajo creados tras grandes esfuerzos.
Los mercados permanecerán atentos a la espera de ver si el ministro de Finanzas, Bruno Le Maire, responsable de una serie de reformas políticas de liberalización de la economía que ha invertido grandes cuantías de dinero para tratar de mantener a flote a empresas como Air France y Renault durante la crisis, consigue conservar su puesto.
“La vuelta de las vacaciones de verano será difícil, debemos estar preparados”, dijo Macron a un periódico regional en una entrevista publicada el jueves.
Macron y Philippe cenaron juntos el miércoles y se reunieron de nuevo el jueves. La fuente del Elíseo describió la atmósfera del encuentro del jueves como cálida y amigable. Ambos políticos estuvieron de acuerdo en “la necesidad de un nuevo Gobierno que dirija la nueva fase, el nuevo camino”, dijo la fuente.
UN NUEVO COMIENZO
Macron dijo el mes pasado que quería un nuevo comienzo para una Francia que se embarca en una delicada y costosa recuperación del duro golpe del coronavirus. Pero entonces tuvo lugar el descalabro de su partido en las elecciones municipales celebradas el 28 de junio.
Los comicios revelaron el creciente apoyo al partido de los Verdes y pusieron de manifiesto los problemas de Macron para conectar con la gente común. Su partido, La République en Marche!, no consiguió la alcaldía de una sola ciudad importante, lo que privó al presidente de una base de poder local antes de las elecciones presidenciales de 2022.
La victoria más notable para su formación fue el éxito de Philippe en su viejo reducto de Le Havre, por lo que su dimisión le allana el camino para convertirse en alcalde de esta ciudad portuaria del norte de Francia, de donde podría surgir como rival de Macron dentro de dos años.
Minutos después de la dimisión, se entregaron cajas de cartón a las oficinas del primer ministro.
Macron toma una decisión arriesgada al sustituir a Philippe, más popular que el propio presidente, según los analistas políticos.
Pero mantener a Philippe en el puesto habría sugerido que Macron es demasiado débil para dejar ir a su primer ministro y que su partido carece de las reservas necesarias para una revisión completa del equipo de gobierno.