(ONU) América Latina y el Caribe es la región del mundo donde la inseguridad alimentaria está aumentando con más rapidez, según un nuevo informe de varias agencias de la ONU.
El porcentaje de personas que no tienen garantizada la alimentación ha pasado del 22,9% en 2014, al 31,7% en 2019, debido a un aumento acusado en América del Sur.
Entre esas personas, 48 millones ya pasan hambre, una cifra que creció en nueve millones entre 2015 y 2019.
En Sudamérica, el aumento se debe principalmente a la situación en Venezuela, donde el porcentaje de población que pasa hambre ha aumentado de un 2,5% entre 2010 y 2012 a un 31,4% entre 2017 y 2019.
En todo el mundo, las estimaciones actuales indican que cerca de 690 millones de personas padecen hambre, es decir, el 8,9% de la población mundial (un aumento de unos 10 millones de personas en un año y de unos 60 millones en cinco años).
Una evaluación preliminar sugiere que la pandemia de COVID-19 puede hacer que entre 83 y 132 millones de personas más estén subalimentadas en el mundo en 2020, en función del crecimiento económico.
Covid-19 no está cerca de desaparecer
La Organización Mundial de la Salud advierte que “no es realista” pensar que el coronavirus desaparecerá en los próximos meses incluso aunque se logre una vacuna.
Los especialistas de la Organización reconocen que, en muchos países de las Américas, que sigue siendo el epicentro de la pandemia, “va a llevar tiempo» controlar la COVID-19 y va a requerir un “enorme compromiso” de los Gobiernos y de la población.
Por parte de las autoridades, tendrán que mejorar la comunicación y liderar una estrategia fuerte de salud pública, que puede requerir confinamientos limitados en zonas con transmisión fuera de control.
Pero, si la gente sigue frecuentando lugares concurridos sin precauciones, si no practican distancia social, no toma medidas de higiene y no lleva mascarilla, seguirá transmitiéndose.
“Tenemos que aprender a convivir con este virus”, dijo Michael Ryan, el director de emergencias de la Organización. Esperar que lo erradicaremos o eliminaremos en los próximos meses no es realista. Y creer que tendremos una vacuna perfecta a la que todos tendremos acceso tampoco es realista. La historia de las vacunas muestra que podemos y desarrollaremos una vacuna. La pregunta sigue siendo cómo de efectiva será. Y lo que es más importante y preocupante quién tendrá acceso a esa vacuna.”
La doctora María VanKerkhove insistió en el papel que todos podemos jugar para protegernos y no pasar el virus. “Por favor, tomen buenas elecciones. Hay muchas cosas que queremos hacer ahora, pero no hay muchas cosas que realmente necesitamos hacer ahora”, dijo la epidemióloga que recordó que muchos trabajadores esenciales no tienen esa opción.