La detención de Ismael ‘El Mayo’ Zambada detonó una escalada de violencia en Sinaloa (México), que incluye decenas de muertos, balaceras, amenazas a las autoridades, hackeos a páginas del Gobierno, bloqueos en calles y carreteras, cancelación de clases y el temor de una población que se protege en sus casas.
El clima de tensión es tan alto, que se tuvo que suspender la ceremonia patria del 15 de septiembre, Día de la Independencia. No hubo evento masivo, ni fuegos artificiales, ni celebraciones en las calles. Culiacán, la capital, permanece vacía, con la mayoría de los comercios cerrados y en un clima de total incertidumbre.
Esta es la tierra donde nació y manda el Cártel de Sinaloa, la organización criminal más poderosa de México y una de las más grandes de América Latina. Hasta hace unos meses, sufría una dura pelea interna de liderazgos entre Ismael ‘El Mayo Zambada’ y ‘Los Chapitos’, los hijos de Joaquín ‘El Chapo’ Guzmán, quien ya fue condenado a cadena perpetua en EE.UU.
A fines de junio, en un confuso operativo que las autoridades estadounidenses todavía no han aclarado por completo, ‘El Mayo’ fue detenido en un aeropuerto de Texas junto con Joaquín Guzmán López, uno de ‘Los Chapitos’. El Gobierno mexicano no participó en ningún sentido y se enteró con los hechos ya consumados.
Después de la sorpresa inicial, se extendió la versión, todavía no comprobada, de que Guzmán López habría secuestrado, con el apoyo de agentes de EE.UU., a Zambada, como parte de las disputas en el Cártel de Sinaloa.
Según esta tesis, la moneda de cambio de la justicia estadounidense sería la liberación de Ovidio Guzmán, otro de ‘Los Chapitos’ que se encontraba preso en ese país. Tanto él como Guzmán López, el capo que supuestamente entregó a Zambada, serían declarados «testigos protegidos».
Desde entonces, se temió una crisis de violencia en Sinaloa que finalmente estalló durante la última semana entre ‘Los Chapitos’ y ‘Los Mayitos’.
Víctimas
La revista Proceso reveló que, de acuerdo con información proporcionada por la Fiscalía General del Estado de Sinaloa, entre el 9 y el 14 de septiembre hubo por lo menos 30 homicidios y más de 30 secuestros.
El diario Reforma, por su parte, aseguró que el saldo provisional ya es de 36 personas asesinadas y 32 secuestradas, a pesar de que el Gobierno de Sinaloa reforzó operativos de seguridad con el apoyo de fuerzas federales.
Pero la crisis no amaina y amenaza por completo la estabilidad política del gobernador Rubén Rocha Moya, quien enfrenta rumores de una presunta complicidad con el Cártel de Sinaloa.
La semana pasada, el ‘youtuber’ conocido como ‘Ocran Leaks’ aseguró que ‘Los Chapitos’ financiaron en 2018 la campaña de Rocha Moya para garantizarse su protección.
Por eso, en esta última semana trágica también trascendió que la facción del Cártel de Sinaloa que apoya a Zambada amenazó al gobernador, quien ha negado cualquier relación con los herederos del ‘Chapo’ Guzmán.
A ello se sumaron los hackeos de las páginas del Sistema de Administración Tributaria (SAT) y del Colegio de Bachilleres de Sinaloa, que incluyeron los mensajes: «se viene más muerte».
El domingo, además, un grupo armado llegó a un hospital de la ciudad de Mazatlán con varios hombres heridos y amenazó al personal de salud. «Si mueren ellos, mueren ustedes», les advirtieron al obligarlos a darle atención de emergencia.
«Garantizar la paz»
La semana pasada, el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, minimizó en reiteradas ocasiones la crisis de violencia en Sinaloa, afirmó que se habían reforzado los operativos con el Ejército, la Armada y la Guardia Nacional y denunció el «amarillismo» de la prensa.
«Decirle a la gente de Culiacán, de Sinaloa, que estamos con presencia suficiente para garantizar la paz, la tranquilidad», aseguró el jueves. «Sí, sí, hay temor, pero decirle a la gente que estamos pendientes», agregó al confirmar que la violencia se debe a los enfrentamientos de los bandos en pugna en el Cártel de Sinaloa, a raíz de la detención de Zambada.
Al día siguiente, rechazó que hubiera decenas de homicidios en pocos días, le pidió a la ciudadanía que tuvieran «precaución»; que no le creyeran a «los pasquines»; y que confiaran en que pronto volverán a la normalidad.
Del mismo modo, hizo un llamado a los criminales, «para cuidar que no haya enfrentamientos, para cuidar a la población».
En esa línea, agregó: «También ellos deben de actuar con un mínimo de responsabilidad; es su familia, son sus paisanos; es su municipio, es su estado, es su país».
Fuente. (Sputnik)