Por primera vez en 200 años de vida independiente, un presidente de izquierda, el exguerrillero Gustavo Petro. La ceremonia, que ha empezado con el himno nacional, se hace en la emblemática Plaza de Bolívar, donde miles de personas esperaban la entrada del nuevo presidente. Petro ha llegado acompañado de su esposa y sus hijos al corazón de Bogotá, donde fue recibido entre cánticos y aplausos.
Desde primera hora, miles de personas copan las principales plazas del centro de Bogotá. Al acto, el primero de llegada de un presidente elegido por la izquierda, acuden más de 100.000 personas, a diferencia de las posesiones presidenciales anteriores a las que solo asistieron políticos y personalidades. “Al evento de la capital está invitada toda la población”, se lee en el comunicado oficial del evento. No habrá alfombra roja y la felicitación al nuevo presidente no será llamada besamanos, como antes, sino saludo presidencial, una muestra del simbolismo que se planea.
Horas antes de tomar posesión, Petro nombró dos nuevos ministros: Néstor Osuna será el titular de Justicia y Catalina Velasco se hará cargo de Vivienda. Los dos nuevos integrantes del Gabinete siguen la pauta del equipo que ha conformado el nuevo presidente de Colombia, que ha optado principalmente por la experiencia ante la renovación, especialmente en las carteras más decisivas de su gobierno.
El nuevo presidente Gustavo Petro Urrego acaba de jurar como nuevo presidente de la República de Colombia ante el presidente del Senado, Roy Barreras: «Juro a Dios y prometo al pueblo cumplir la Constitución y las leyes de Colombia».
Un día con sol y nubes, sin ventarrones ni alfombra roja
La toma de posesión de Iván Duque, hace cuatro años, estuvo marcada por un clima casi tormentoso, con fuertes rachas de viento y lluvia que por momentos hicieron temer que las banderas y sombrillas salieran volando. El cielo marcó un primer contraste.
La de Petro se dio en un día con nubes, pero por momentos soleado y sin mayores inclemencias climáticas. Conforme a la tradición, el exalcalde de Bogotá caminó desde el Palacio de San Carlos, la sede de la Cancillería, hasta la Plaza de Bolívar, donde lo esperaba una multitud de miles de personas.
El cambio que representa frente a Duque también se tradujo en que en ningún momento de la ceremonia hubo la alfombra roja que caracterizó al ya expresidente, y que desplegó de manera infaltable para ir a votar durante las tres elecciones que hubo este año, incluso en las jornadas lluviosas.
En lugar de la alfombra roja, el pasaje que recorren este domingo los invitados oficiales y delegados internacionales está adornado por 34 silletas que llevan inscrito el nombre de Colombia, Bogotá y el de cada departamento del país, con el propósito de simbolizar un tapete de flores.