La fiesta deportiva que hermana a los Centrocaribeños inició hoy con la presencia del presidente de El Salvador, Nayib Bukele, artífice de lo que en los anales de estas justas se califica como una proeza.
Con el encendido del pebetero con el fuego centroamericano en el Estadio Nacional Jorge «El Mágico» González, se consumó la hazaña de preparar unos juegos en menos de 18 meses cuando las reglas conceden a los anfitriones entre seis y cuatro años.
Reconocimiento merecido a un país pequeño que salvó la cita regional más antigua del mundo tras meses de crispaciones, esfuerzos y deseos de vencer.
El Salvador logró lo que muchos califican hoy de hazaña, de proeza y también de hombrada, pues fue una victoria que muchos incrédulos pusieron en duda, incluso la víspera, la madre naturaleza se confabuló al descargar intensas lluvias sobre la capital y los escenarios, en algunos casos con acumulados cercanos a 180 milímetros en menos de tres horas.
Pero ni la naturaleza pudo y ya los salvadoreños pasaron a la historia como los salvadores de los juegos para hacer honor a su nombre entre saludos y aplausos.
El presidente de Centro Caribe Sports, el dominicano Luis Mejía, dijo a Prensa Latina que «no se cansó de elogiar a los anfitriones de la justa. “El Salvador ya está listo para los XXIV Juegos Deportivos Centroamericanos y del Caribe”. No exageró, el esfuerzo desplegado, titánico e intenso, consumó el hecho.
Es una proeza “haber logrado rescatar unos juegos que estuvieron casi al perderse este ciclo a consecuencia de la pandemia y a la resignación que hizo Panamá”.
Haberlos hecho en un año y medio, yo le he otorgado el “título de proeza a El Salvador” y que vamos a tener unos buenos y excelentes juegos. Es absolutamente una proeza y una hombrada, puntualizó Mejía.
Al respecto, el presidente del Instituto Nacional de Deportes, Educación Física y Recreación (Inder) de Cuba, Osvaldo Vento, expreso: “voy a decir en todos los escenarios, y en todas las entrevistas, esto fue una decisión del gobierno de El Salvador muy valiente y en muy poco tiempo crearon las condiciones mínimas para poder desarrollar la competencia”.
El movimiento deportivo de la región –afirmó- estará eternamente agradecido a los salvadoreños porque salvaron este evento e hicieron posible que los atletas pudieran lograr sus objetivos, que son sus sueños a la vez.
Como el directivo cubano, hoy son muchos los que agradecen a la nación cuscatleca por su empeño. El Salvador cumplió su promesa y salvó los juegos, y no por gusto muchos consideran al país como el primer campeón de los XXIV Juegos Deportivos Centroamericanos y del Caribe y son testigos de un momento histórico para el país.
Fuente. Prensa Latina