El periodista Camilo Rodríguez informa sobre la creciente movilización de familias en contra del PANI. Doscientos cincuenta padres y madres se han organizado para enfrentar lo que consideran una profunda corrupción dentro de esta institución. El pasado domingo, sesenta de ellos salieron a las calles y marcharon por el Paseo Colón y la Avenida Segunda, alzando sus voces y pancartas en señal de protesta.
Hoy, este grupo realizó una segunda manifestación en el bulevar de los tribunales, en el Circuito Judicial de San José. La presencia de padres, madres, abuelos y abuelas en estas manifestaciones refleja el profundo descontento y la urgencia de sus demandas. La indignación de estas familias no es solo contra el PANI, sino también contra lo que consideran un sistema judicial que no les brinda justicia.
Rodríguez tuvo la oportunidad de entrevistar a treinta de estos padres y madres que han sido despojados de sus hijos. Las historias que compartieron son desgarradoras, llenas de dolor y desesperación. Según estos testimonios, muchos sienten que han sido víctimas de decisiones injustas y arbitrarias por parte del PANI, y que sus intentos de recuperar a sus hijos han sido frustrados una y otra vez.
Además de las manifestaciones pacíficas que han llevado a cabo, los padres y madres organizados están planeando otras formas de protesta. «Ya casi empezamos con otro tipo de manifestaciones, Dios primero», comenta uno de los líderes del movimiento. La determinación de este grupo es clara y están dispuestos a explorar todas las vías posibles para hacer escuchar su voz.
Por el momento, el grupo cuenta con doscientos cincuenta integrantes, pero su número sigue creciendo día a día. Cada vez más padres, madres, abuelos y abuelas se están uniendo a la causa, impulsados por la esperanza de ver cambios significativos en el sistema que consideran corrupto y fallido. La solidaridad y el apoyo mutuo dentro del grupo son evidentes, y esto les da fuerza para continuar su lucha.
Uno de los puntos más destacados de las entrevistas realizadas por Rodríguez es la acusación de que algunos abogados están vinculados con el narcotráfico y utilizan su influencia para manipular decisiones en el PANI. Esta grave denuncia añade una capa más de complejidad y urgencia a las demandas de estas familias. «Ningún narco abogado nos va a detener», afirma con firmeza uno de los padres entrevistados.
Las manifestaciones y acciones del grupo han comenzado a llamar la atención de los medios y la opinión pública. La cobertura mediática, incluida la de periodistas como Camilo Rodríguez, está ayudando a visibilizar su causa y a poner presión sobre las autoridades. La esperanza es que, con suficiente atención y apoyo, se puedan lograr cambios reales y significativos.
Rodríguez concluye que el movimiento de estas familias es una clara señal de que la sociedad no está dispuesta a aceptar la corrupción y la injusticia. La lucha de estos padres, madres, abuelos y abuelas es un recordatorio poderoso de que la unidad y la perseverancia pueden ser fuerzas imponentes en la búsqueda de la justicia.