(Caraota Digital, 25 de junio)
Después de dos meses escondido en la capital colombiana, protegido a toda hora por efectivos de seguridad, el general Manuel Ricardo Cristopher Figuera llegó a Estados Unidos armado con un tesoro: secretos de Nicolás Maduro.
Los negocios ilegales de oro, las células de Hezbollah operando en Venezuela, el nivel de la influencia cubana dentro del palacio presidencial de Miraflores, son solo algunos de los temas del repertorio que el exjefe del Servicio Bolivariano de Inteligencia Nacional (Sebin) «cantará» en el país del norte.
Figuera lideró una agencia acusada de detenciones arbitrarias y torturas. Era uno de cinco oficiales venezolanos sancionados por la administración de Trump en febrero, que ahora se le «volteó».
Cuando el presidente encargado Juan Guaidó anunció su levantamiento para sacar a Maduro el 30 de abril, el exfuncionario de inteligencia surgió como un conspirador sorpresa.
«El levantamiento falló, y Maduro sigue en el poder. Pero Figuera no se arrepiente de haberse volteado en contra de su jefe. ‘Yo estoy orgulloso de lo que hice’, dijo la semana pasada desde el cuarto de un hotel en el centro de Bogotá», reseñó The Washington Post en un amplio trabajo.