La historia del autodenominado grupo extremista opositor G4 de Venezuela recuerda al escritor británico C. S. Lewis con su país de fantasía llamado Narnia, donde abundan la utopía y el anhelo sobre algo que nunca existió.
Si bien el autor europeo utilizó la imaginación para escribir sus crónicas, las fuerzas políticas venezolanas Primero Justicia, Voluntad Popular, Acción Democrática y Un Nuevo Tiempo aprovecharon el contubernio con Estados Unidos, Europa, algunos países de América Latina y la derecha internacional para acometer sus fechorías anticonstitucionales.
Al decir del presidente de la Asamblea Nacional (Parlamento) Jorge Rodríguez, la “autojuramentación de Narnia” hizo daño al robar mucho dinero, propiciar los peores bloqueos y las sanciones más brutales contra el pueblo de la República Bolivariana.
Para el parlamentario, si no hubiera sido tan “dañino y nefasto”, el expediente del Gobierno de Narnia sería una obra tragicómica, una pantomima.
Y es que esta trama, aupada y amparada también desde su nacimiento en enero de 2019 por la maquinaria mediática de los poderosos medios de comunicación, dio paso a un pretendido Ejecutivo paralelo con el autoproclamado presidente interino Juan Guaidó y a un Parlamento virtual, cuya mejor decisión fue quizás poner fina ese falso interinato al cierre de 2022.
Sobre este suceso, Rodríguez estimó que era completamente imposible sostener a un señor que dice gobernar a un país “desde la sala de la junta de condominio del edificio donde vive”.
Solo a un Gobierno despiadado y prepotente como el del entonces mandatario Donald Trump (2017-2021) se le ocurrió “tomar a un imbécil” y juramentarlo como supuesto jefe de Estado de una nación que no existía, apuntó el diputado.
El titular de la Asamblea Nacional remarcó que “esta aventura” tenía fecha de vencimiento al resultar imposible sostener por más tiempo “esa fantasía bárbara”.
Ahora ellos están pagando las consecuencias de haberse equivocado de una manera abismal en este episodio “nefasto y tragicómico”; apenas dos meses después de su surgimiento estaba clara la derrota, opinó.
Más que gobernar, la ahora llamada Plataforma Unitaria utilizó su interinato para justificar “la pantomima de esta mentira” dirigida a todo tipo de agresiones contra Venezuela como el robo del oro depositado en el Banco de Inglaterra, las empresas Citgo, en Estados Unidos, y Monómeros, en Colombia.
Como opinó el titular del Parlamento, el mayor error de la extrema derecha estadounidense y venezolana es creerse sus mentiras sobre un liderazgo ilegal.
(Tomado de Orbe)