Cuando ecosistemas se acercan ya a un punto de no retorno y la tendencia al alza de las temperaturas es imparable, hoy se celebra el Día Mundial del Clima para resaltar la importancia del cambio climático.
Instaurado en 1992 por la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático, esta jornada resalta el urgente llamado de los científicos para frenar el calentamiento global y su afectación en las personas y su vida cotidiana.
Hace apenas una semana el Panel Intergubernamental de Cambio Climático de la ONU afirmó en su último informe que todo el mundo experimenta y experimentará eventos extremos, ya que las temperaturas no se detienen y la ventana de oportunidad para frenarlas es cada vez más pequeña.
Precisó que los rápidos y generalizados cambios en el planeta ya afectan a los fenómenos meteorológicos y climáticos extremos en todas las regiones, causando efectos adversos, pérdidas y daños a la naturaleza y a las personas.
En las últimas décadas se han registrado variaciones climáticas importantes, producto del vertiginoso desarrollo industrial, así como el crecimiento poblacional con diversas consecuencias, tales como el efecto invernadero, calentamiento global, contaminación ambiental, sobreexplotación de recursos naturales y afectación de la capa de ozono.
Datos recopilados por Naciones Unidas indican la importancia del clima: a partir de 1977 cada año ha sido más caluroso que el promedio de temperatura de todo el siglo XX por las emisiones generadas por el petróleo y el carbón, mientras la principal causa del calentamiento global es la elevada concentración de dióxido de carbono en la atmósfera.
Hay entre tres mil 300 millones y tres mil 600 millones de personas viven en contextos altamente vulnerables al cambio climático, quienes entre 2010 y 2020 tenían 15 veces más probabilidades de morir por inundaciones, sequías y tormentas que las que habitan en regiones con menos amenazas climáticas.
En relación con los ecosistemas los expertos aseguran que sufren daños a medida que aumentan las temperaturas, lo que provoca la muerte masiva de especies en tierra y los océanos, impacto que acerca a algunos a un punto de no retorno, por las consecuencias del retroceso de los glaciares y el deshielo del permafrost ártico.
Por eso hay que tomar en cuenta que el cambio climático es una amenaza transversal por lo que cuando se quiere reducir los índices de pobreza o mejorar los de la salud, es imposible planificarlos sin considerar sus perspectivas e impactos, además de tenerlo presente en todas las políticas públicas, aseguró el Panel Intergubernamental de la ONU.
Fuente. Agencia Prensa Latina