Países como Arabia Saudita, Irán, China, Israel y la India celebran el año nuevo en otros meses por razones políticas, culturales o religiosas.
El cambio de día en la Tierra no sucede, como se sabe, a la misma hora en el mismo lugar. Por eso, cuando se escuchan esas especulaciones sobre el fin del mundo, la pregunta siempre será en qué país sucedería tal cosa.
Quizás ustedes tengan o hayan escuchado de cultos que ponen fechas para el fin del mundo, o quizás vieron cómo en las iglesias más fanáticas esperaron con ansias el 31 de diciembre de 1999, mientras esperaban un supuesto fin del mundo. Y sí, aunque hoy parezca descabellado, ciertamente sucedió.
El primer país en recibir el primer día del año siguiente es Kiribati, en las islas Carolin, al noroeste de Australia y Kiritimati. El país es una isla del Pacífico central que está formada por 33 atolones (islas de coral). Después de Kiribati sucede en Nueva Zelanda, Fiji, Rusia y Australia.
Por otra parte, el último país o territorio en donde llega el año nuevo es también un grupo de islas en el Pacífico, en este caso Samoa Americana, un territorio que se encuentra al oeste de las islas Cook, a dos mil kilómetros de Nueva Zelanda y a 7,800 de San Diego California.
América es el último continente que hace el cambio de año y el primero es Oceanía (Australia, Nueva Zelanda y países cercanos), luego en Asia y de ahí pasa a Europa y África en husos horarios similares.
Por esa razón, cuando son las 6 pm de América, ya los europeos están celebrando, unas 7 y 8 horas de diferencia.
En algunos países el año nuevo no se celebra de la misma manera. En China el año nuevo coincide con la “Fiesta de la Primavera”, entre finales de enero y principios de febrero. Este 2022 será el 1 de febrero.
En Arabia Saudita, por razones políticas, tampoco se permite celebrarlo el 31 de diciembre.
En la India no se hace por razones culturales, aquí se celebra entre octubre y noviembre de cada año.
En Irán se trata del equinoccio de primavera, es decir, para el 20 de marzo del 2022.
Finalmente, en Israel se celebra entre setiembre y octubre y coincide con el mes en el que “Dios creó al mundo”, según los judíos.
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