Con su propuesta de crear un foro internacional para discutir una salida pacífica al conflicto en Ucrania, el presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, emerge como un jugador internacional relevante e influyente, aunque es difícil que la iniciativa se concrete, coincidieron analistas consultados por la Agencia Sputnik.
El lunes, Lula propuso crear un formato similar al Grupo de los Veinte (G20, de cooperación económica) para debatir la situación en Ucrania. Al mismo tiempo, envió un mensaje bastante directo a EEUU y a la Unión Europea (UE): les exhortó a comenzar a hablar de métodos para lograr la paz en vez de incentivar el conflicto.
En este contexto, la iniciativa, aunque original, tendría pocas chances de ser acompañadas por las potencias de Occidente.
«La alusión de Lula de que hay que conversar con los países que desean la paz, no la guerra, dejaría de lado algunos actores que son relevantes en el conflicto, como es EEUU y países europeos. Eso deja en entredicho la posibilidad de efectivizar esta propuesta. No se puede lograr un acuerdo si se dejan actores fuera. Hay que llevarlos a la mesa de negociación, son una parte importante», dijo a la Agencia Sputnik el director general del ecuatoriano Centro de Estudios Analitik y doctor en Estudios Internacionales, Lester Cabrera.
En la misma sintonía, Daniel Kersffeld, doctor en estudios latinoamericanos e investigador del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas de Argentina (Conicet), reconoció, en diálogo con esta agencia, lo novedoso de la propuesta de Lula, aunque advirtió que tiene escasas probabilidades de prosperar.
«La iniciativa es novedosa y serviría para comenzar a hablar sobre el tema y para que se sienten los gobiernos involucrados en este asunto. Pero hasta ahora las reacciones por parte de EEUU, UE, los países de la OTAN (Organización del Tratado del Atlántico Norte) no han sido buenas a la propuesta de Lula, por lo que creo es que las posibilidades son bastante limitadas», afirmó Kersffeld.
En el mismo sentido, Cabrera consideró que es «complejo» que la propuesta pueda llevarse a cabo teniendo en cuenta las reacciones de EEUU y Europa.
El sábado, EEUU afirmó que las exhortaciones de Lula a Washington eran «indignantes» y que con ellas Brasil estaba renunciando a la pretensión de neutralidad.
Condiciones para la paz
El diario británico The Financial Times informó en marzo, citando al canciller brasileño, Mauro Vieira, que Lula procura crear un «club de paz» con la participación de China para intentar solucionar el conflicto en Ucrania.
A finales de febrero, Lula exhortó a los países no implicados en la crisis a promover conversaciones de paz, y también pidió a ofrecer a Rusia las «condiciones mínimas» para que se ponga fin a los enfrentamientos.
El portavoz de la Presidencia rusa, Dmitri Peskov, evitó pronunciarse sobre la creación de «otro G20» para lograr la paz en Ucrania, señalando que se desconocen todavía los detalles de esta iniciativa formulada por Brasil.
Para Peskov, «cualquier idea que tengan en consideración los intereses y las preocupaciones de Rusia merece atención». «Hay que hacerle caso, desde luego, y Rusia está dispuesta a hacerlo. Lo esencial para nosotros es asegurar nuestros intereses», señaló.
El lunes, el ministro de Exteriores ruso, Serguéi Larvov, visitó Brasilia en su primera escala de una gira que incluye también a Venezuela, Nicaragua y Cuba, y mantuvo una reunión con su homólogo brasileño, Mauro Vieira.
Posibles apoyos
Kersffeld consideró que algunos países latinoamericanos podrían apoyar la iniciativa de Lula, como por ejemplo Colombia, presidida por el izquierdista Gustavo Petro.
«Brasil se muestra como un jugador a nivel internacional y que su palabra tiene que ser escuchada. Que esto se traduzca en resultados concretos es más difícil, pero Lula ha logrado que en estos últimos días varios gobiernos estén hablando para bien o para mal sobre Brasil», agregó.
El lunes, fuentes de cancillería brasileña informaron, en diálogo con la Agencia Sputnik, que Brasilia está en contacto con los demás miembros del grupo BRICS (Rusia, India, China y Sudáfrica) para conseguir apoyos a la propuesta de Lula.
«Estamos hablando con todos los países de los BRICS. No es un esfuerzo diplomático que tenga plazo de caducidad y va a tomar su tiempo, va a requerir que estén involucrados más países. No hay soluciones inmediatas para un conflicto de esta naturaleza», afirmó.
Mayor acercamiento a Rusia
La analista brasileña en relaciones internacionales Regiane Nitsch Bressan, profesora de la Universidad Federal de São Paulo, admitió su sorpresa por la propuesta de Lula y la interpretó como otra muestra de que su administración no está alineada con Washington, y por el contrario procura un acercamiento con Moscú.
«Es un tema bastante sensible para la política brasileña. Tenemos una línea muy tradicional de no intervención en otros países. La declaración (de Lula) de ayer es bastante sensible ya que es una apuesta de Brasil a apoyar a China y Rusia, y por tanto el otro lado del conflicto. Me pareció bastante inusitada la declaración de Lula», dijo a la Agencia Sputnik.
Por su parte, Cabrera sugirió que el Gobierno brasileño ha adoptado un enfoque más soberano y pragmático, en el que prioriza sus propios intereses sin dependencia de EEUU, de histórica influencia en América Latina.
«Los intereses de Brasil lo alejan de EEUU y lo acercan a Rusia y China. Eso tampoco implica ir en contra directamente de EEUU o romper sus vínculos con el país del norte. Pero sí lo distancia», reflexionó.
A similar conclusión llegó Nitsch Bressan, quien señaló que Brasilia es consciente de que las relaciones internacionales están «cambiando bastante» y se presencia el «desmoronamiento de EEUU y la asunción de China», por lo cual apuesta por un acercamiento a Moscú y un impulso del grupo BRICS.
Pero advirtió que este viraje podría tener un costo para la política exterior brasileña en el corto plazo. «Habrá que ver cuál es exactamente», señaló. (Sputnik)