Xiomara Castro, la esposa de un expresidente de izquierda depuesto por un golpe, tomó una gran ventaja, pero definir un ganador podría tomar días. Ambos partidos se declararon victoriosos la noche del domingo.
La candidata de oposición en la elección presidencial de Honduras, Xiomara Castro, llevaba una imponente ventaja en los primeros resultados del domingo, al prometer cambiar un Estado infiltrado por la corrupción y el crimen organizado.
Castro, esposa de Manuel Zelaya, el expresidente de izquierda que fue depuesto en un golpe en 2009, aventajaba al candidato del gobierno con casi 20 puntos porcentuales al haberse contado el 39 por ciento de los votos. De resultar electa, Castro se convertiría en la primera mujer en liderar Honduras, así como la primera mandataria del país que postula y gana con una plataforma socialista.
Xiomara Castro contaba con 53 por ciento de los votos, comparada con el 34 por ciento de Nasry Asfura, el candidato del oficialista Partido Nacional. Dicho partido no ha concedido y le ha dicho a sus seguidores que su candidato resultaría victorioso una vez que se contaran todos los votos.
Los hondureños acudieron en multitudes a las urnas con una participación casi récord para decidir al sucesor de un presidente profundamente impopular, Juan Orlando Hernández. La presencia de Hernández se sentía en las urnas luego de que su gobierno pasó los últimos ocho años desmantelando las instituciones democráticas y permitió que la corrupción y el crimen organizado llegaran a los más altos niveles del poder.
Es posible que el resultado final no se conozca sino en varios días. El consejo electoral del país y los observadores electorales instaron a los candidatos a no declarar victoria hasta que no se contaran todos los votos.
Castro los desafió y el domingo por la noche en su sede de campaña le dijo a sus exultantes seguidores que empezaría a formar un gobierno de reconciliación nacional a partir del lunes.
“Revertimos el autoritarismo”, dijo Castro, de 62 años. “Fuera la corrupción, fuera el narcotráfico y el crimen organizado”.
Cientos de sus seguidores se volcaron a las calles de la capital, Tegucigalpa, la noche del domingo y encendieron fuegos artificiales a manera de celebración. Los canales de televisión locales mostraron pequeños grupos de personas que cantaban “¡Juanchi va pa Nueva York!”, en referencia a las acusaciones que se han hecho contra Hernández en al menos dos casos de narcotráfico presentados por fiscales del Distrito Sur de Nueva York. Hernández niega las acusaciones.
Los hondureños acudieron a votar el domingo en lo que fue una elección mayormente pacífica y ordenada, pero que, sin embargo, estuvo marcada por una profunda polarización, fallos tecnológicos y temores de fraude.
La participación electoral fue una de las más altas en décadas recientes, pero había pocas esperanzas de que algo fundamental pudiera cambiar en un país agotado por la corrupción y la violencia.
“Yo espero que estas elecciones sean transparentes, que no haya la misma compra de votos que siempre”, dijo Dina Padilla, quien acudió a votar en Pedregal, un barrio de clase trabajadora de la capital, Tegucigalpa.
La elección será una prueba de la capacidad del consejo para entregar resultados creíbles luego de una profunda modificación al sistema electoral, ocasionada por acusaciones generalizadas de fraude durante la última elección en 2017.
El jefe de la misión de observadores electorales de la Organización de los Estados Americanos, el expresidente de Costa Rica Luis Guillermo Solís, calificó la votación como “una hermosura de expresión ciudadana”, en referencia a lo que parece ser una alta tasa de participación.
Algunos votantes también se quejaron de que no habían logrado emitir su voto debido a la reciente depuración del padrón electoral. La medida eliminó a casi un millón de personas, un intento por deshacerse de votantes fallecidos o emigrados cuyos datos se utilizaban para cometer fraude electoral, dijeron sus defensores.
El voto también se vio afectado por las caídas del sitio de internet del consejo electoral, que estuvo fuera de servicio la mayor parte del día, lo que dio lugar a conspiraciones de fraude. La autoridad señaló que estaba investigando si el fallo fue causado por un ciberataque, sin dar detalles adicionales.
En 2017 la oposición también lideró los primeros resultados, aunque con un margen mucho menor, y terminó por perder en el escrutinio final. Los observadores dijeron que aquella elección estuvo empañada por amplias irregularidades.
Fuente: NYTime