El pasado 15 de septiembre el presidente de el Salvador, Nayib Bukele, en el marco del discurso por los 203 años de independencia de Centro América, frente a un amplio ejército de efectivos de la fuerza armada salvadoreña dijo que la seguridad ha sido el logro más importantet y palpable de su gestión hasta ahora, “yo le he dicho muchas veces, nadie, nadie, ni adentro ni fuera de El Salvador, ningún analista, ningún experto hubiera creído que El Salvador en cinco años iba a llegar a ser más seguro que Costa Rica, que es nuestro vecino más seguro”declaró el mandatario.
Y es que los datos lo respaldan, además de un 90% de la población salvadoreña que favorecen su gestión.
En el año 2018 antes del primer mandato de Bukele, el indice de homicidios era de 51 / 100 mil habitantes, registró 3,340 muertes violentas. En 2017 la cifra fue aún más alarmante con un 81,2 por 100,000 habitantes. Superado en latinoamerica únicamente por Venezuela que el ese año enfrenta otro levantamiento por el régimen.
En el 2020 a un año del mandato de Bukele El Salvador pasó del 2o al 8o lugar de tasa de homicidios en América Latina. En la misma categoría (aunque con amplia diferencia sin) de los vecinos Panamá y Costa Rica.
En 2023 El Salvador ubicó en el ranking 29 en tasa de homicidios (2,4), con una amplia y notable ventaja sobre Costa Rica (17,2).
Algunos medios financiados por las oposición al gobierno de Bukele como el faro, asegura que «según sus fuentes» el gobierno oculta cifras, sin embargo al preguntar a la población comentan que «si ocultaran los muertos, al menos los veríamos en las calles, en los funerales, pero no es así» nos comento David González un vecino de Ciudad Delgado uno de los municipios más peligrosos años atrás.
Lo cierto, es que caminar por las calles de San Salvador desde la vivencia cotidiana de su población se siente un ambiente distinto al de antes, mientras que en Costa Rica la gente prefiere no caminar por el centro de San José en algunas horas del día.
Una de las grandes causas del incremento de la inseguridad en Costa Rica es el narcotráfico, el sicariato y la colaboración de líderes y funcionarios públicos en relación con éstos.
El gran «éxito» de Bukele no se debe solo a su gestión sino a que los otros poderes del estado le favorecen, no ocurre así en Costa Rica donde el éxito del presidente sería un fracaso para las aspiraciones electorales de los partidos políticos qué controlan la asamblea legislativa y significaría la pérdida de privilegios que gozan los funcionarios del poder judicial.
Pero no todo es seguridad en El Salvador, debido a que el régimen de excepción anula los derechos constitucionales a un juicio justo, la presunción de inocencia, y el derecho a defensa, esto también es utilizado por personas mal intencionadas para tomar venganza con acusaciones falsas, también los funcionarios dados a la corrupción, entre los cuales hay muchos oficialistas, se toman de ello para amedrentar a opositores, e incluso a sus mismos seguidores que cuestionan algunas medida, diputados oficialistas arremeten dura y amenazantemente contra cualquier persona que les critique alguna medida aunque esta misma los haya apoyado en otras.
Es innegable el cambio bajo el mandato de Bukele, como también la creciente inseguridad en Costa Rica. Solo debemos observar y preguntar si ¿este modelo puede ser réplicado en otros paises? ¿Será perdurable el régimen? ¿Cuanto tiempo más podrá mantenerse?