El caso ha generado una gran controversia en Brasil, después de que una jueza intentara persuadir a la menor de no interrumpir la gestación y la enviara a una casa de acogida para evitar que lo hiciera.
El presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, ha criticado el aborto practicado a una niña de 11 años que quedó embarazada tras sufrir una violación, lo que ha generado una fuerte polémica en el país, después de que una jueza presionara a la menor para que diera a luz.
Tras semanas de indecisión por la negativa de la magistrada a autorizar el procedimiento, el aborto se realizó el jueves en un hospital público del país.
En este contexto, el mandatario derechista manifestó su postura en una serie de publicaciones en su cuenta de Twitter, en las que calificó de «inadmisible» el aborto.
«Un bebé de siete meses de gestación, no se discute la forma en que fue generado, si está o no amparado por la ley. ¡Es inadmisible hablar de quitarle la vida a este ser indefenso!», escribió.
En otra publicación, Bolsonaro aseguró que, tanto la niña embarazada de 7 meses, como el bebé, «fueron víctimas, almas inocentes, vidas que no deben pagar por lo que no son culpables«, al tiempo que opinó que el niño debe ser protegido del «acoso maligno de los grupos abortistas«.
A pesar de que reconoció que se trata de «un caso delicado», reiteró que «quitarle la vida a un inocente, además de violar el derecho fundamental de todo ser humano, no cura las heridas ni hace justicia a nadie». «El aborto solo agudiza esta tragedia», concluyó su mensaje, en el que incluyó una foto de un bebé que, según él, tenía 25 semanas.
Embarazo de 22 semanas
El caso de esta niña de 11 años víctima de violación salió a la luz esta semana, después de que el portal The Intercept Brasil divulgara el contenido de una audiencia en la que la jueza Joana Ribeiro, con el apoyo de la fiscal regional Mirela Dutra presionan a la menor para que tenga el bebé y lo dé en adopción.
La niña llegó en mayo junto a su madre a un hospital en Florianópolis, estado de Santa Catarina, cuando estaba en la semana 22 de embarazo. Sin embargo, el equipo médico se negó a interrumpir el embarazo por ir en contra de sus protocolos internos. A partir de ese momento, el caso llegó a las manos de la justicia, donde la jueza argumentó que dar luz verde a un aborto a esas alturas de gestación sería un «homicidio», y envió a la niña a una casa de acogida para evitar que lo hiciera.
Sin embargo, tras la repercusión mediática del caso, el Ministerio Público Federal recomendó al Hospital Universitario Polydoro Ernani de São Thiago, el mismo que anteriormente se había negado a interrumpir el embarazo de la menor, realizar el procedimiento y asegurar que todos los casos de aborto legal sean atendidos de acuerdo a lo previsto por la ley, informan los medios.
En Brasil el aborto legal está autorizado en tres situaciones: cuando el embarazo es producto de una violación, cuando representa un riesgo para la vida de la gestante y en caso de anencefalia fetal.