(Sputnik, España, 26/09/2019)
El Gobierno de España que preside el socialdemócrata Pedro Sánchez está impidiendo a las organizaciones humanitarias acudir al rescate de migrantes en el Mediterráneo, denuncia Íñigo Mijangos, presidente de la ONG Salvamento Marítimo Humanitario (SMH).
«El Gobierno de España está bloqueando los rescates humanitarios en lugar de dedicarse a favorecerlos, que es lo que cabría de esperar de un Gobierno presuntamente progresista», afirma Íñigo Mijangos, el presidente de SMH.
El Aita Mari, un barco atunero reconvertido a nave de rescate, pidió permiso formalmente al Ministerio de Fomento el pasado 12 de septiembre para poner rumbo al Mediterráneo y participar en misiones de rescate de migrantes.
Según explica Mijangos, el despacho solicitado por el Aita Mari «normalmente se resuelve en unas horas, o de un día para otro».Sin embargo, el Aita Mari lleva semanas en el Puerto de Pasaia (Gipuzkoa) esperando la autorización del Gobierno de España, cuya respuesta consiste en solicitar una serie de trámites y permisos para, según denuncia Mijangos, ahogar en trámites burocráticos su intención de salvar vidas.
«El principal argumento que nos decían es que hacía falta un acuerdo previo con los centros de coordinación de Malta e Italia para tener garantías de que se permitirá el desembarco de las personas rescatadas. Es un requisito específico que se ha hecho ad hoc para nosotros al ser una embarcación con el propósito de hacer rescate», señala el presidente de SMH.
España realiza esta petición bajo la premisa de que Italia o Malta pueden volver a cerrar sus puertas a los barcos de rescate, como ya ocurrió en verano con el Open Arms.
«Es decir, el Gobierno español no se fía de que estos países cumplan sus obligaciones internacionales y nos piden tener acuerdos privados con ellos para poder rescatar gente», reflexiona Mijangos.
Pese a no ser una petición habitual, el Aita Mari consiguió permiso de los centros de coordinación de Italia y Malta para el desembarco en sus puertos en caso de localizar a personas a la deriva en sus zonas de búsqueda y rescate, tal y como reclamaba España.Esos acuerdos fueron presentados ante la Autoridad Marítima, que tardó siete días en formular una respuesta, consistente en solicitar aún más información sobre esos acuerdos.
Para Mijangos, el Gobierno de Pedro Sánchez está ofreciendo al Aita Mari un trato «totalmente excepcional» desde el punto de vista del derecho marítimo y, con ello, cree que España se convierte en cómplice de la política migratoria de la Unión Europea en el Mediterráneo, donde al menos 909 migrantes murieron sólo en lo que va de 2019, según datos de la ONU.
«Un representante de la Comisión Europea nos dijo en 2017 que no había mandato humanitario en el Mediterráneo. Esto quiere decir que la Unión Europea pretende mirar a otro lado mientras la gente se muere para mandar un mensaje disuasorio a los migrantes. En ese momento decidimos que, si no lo iban a hacer ellos, tendríamos que ir nosotros a salvar vidas», lamenta Mijangos.En su caso, admite que la retención del Aita Mari le provoca «impotencia, cabreo y mucha indignación», porque su organización cuenta con «un barco perfectamente actualizado y unas condiciones excelentes para navegación».
«Tenemos los medios para salvar vidas, pero no nos dejan», sentencia.
Pese a esa frustración, el presidente de SMH afirma que su organización no se plantea zarpar sin permiso de la Autoridad Marítima.
La negativa a zarpar sin permiso se debe, en primer lugar, a que la organización afrontaría multas millonarias que no puede cubrir, pero sobre todo a que SMH está convencida de que su labor está amparada por la ley.
«No contemplamos la desobediencia por una cuestión de pura coherencia, ya que nosotros lo que exigimos es el cumplimiento de la ley a los Estados, y no podemos hacer lo contrario. Nosotros nos ofrecemos a evitar el sufrimiento de las personas dentro de la ley, pero de la ley bien interpretada», afirma.
El enfrentamiento burocrático entre el Aita Mari y el Gobierno de España es un nuevo capítulo dentro de la deriva hostil que en los últimos meses viene experimentando la política de Pedro Sánchez respecto a las ONG.Esa deriva dio lugar en agosto a la famosa crisis del Open Arms el pasado mes de agosto.
Ahora, a las puertas de nuevas elecciones, Mijanco reflexiona que la negativa a permitir zapar al Aita Mari puede evitar que Pedro Sánchez se vea envuelto en una situación similar, pero subraya que el coste es contribuir a que el Mediterráneo se convierta en una «fosa común».