Damasco, 16 nov (SANA) En los últimos 10 años, Estados Unidos ha enviado 111 millones de toneladas de residuos plásticos a México, Perú, Colombia, Chile y Ecuador. Jeringas, carcasas de monitores viejos y baldes que contenían residuos tóxicos son los principales desechos que el país norteamericano envía al sur global.
Una investigación de la Red Investigativa Transfronteriza de OjoPúblico reveló que América Latina incrementó la importación de basura plástica en 2018, cuando China cerró sus puertas a los desechos de países en todo el mundo. Desde entonces, 53 millones de toneladas de desechos plásticos han ingresado a la Patria Grande.
Según la información publicada, en 2017 Estados Unidos envió a esos países alrededor de 10 millones de toneladas de desechos plásticos. Al año siguiente, la cifra se incrementó a 11 millones de toneladas. Mientras que en 2021, la región recibió 12 millones de toneladas de plástico desechado.
“La cantidad de desechos plásticos importados por países de la región entre 2012 y 2022 es equivalente a 118 veces el peso de la Torre Eiffel”, señala la investigación.
México es el principal importador de desechos plásticos de América Latina, pues entre 2012 y 2022 recibió más de un millón de toneladas. Le siguen Perú, con 62.000 toneladas durante el mismo periodo, Chile, con 50.000 toneladas y Colombia, con 45.000.
Si bien Ecuador se mantuvo con los niveles más bajos de importación de plásticos, se trata de uno de los tres principales países en recibir ese tipo de desechos desde Estados Unidos, ya que en la última década recibió más de 21.000 toneladas.
Al respecto, precisa la investigación, el Grupo Autónomo para la Investigación Ambiental (GAIA) acusó a las potencias mundiales de mantener sus políticas ambientales con un alto costo para los países menos desarrollados.
La falta de supervisión en las aduanas y por parte de las autoridades permite que las empresas adquieran estos residuos incluso de forma ilegal. Mientras que la Organización Internacional de Policía Criminal (Interpol) ha advertido que el comercio de plásticos puede involucrar trabajo ilícito, lavado de dinero, corrupción y evasiones fiscales.
“Interpol ha detectado la utilización de documentos falsos para envíos que se declaran como destinados a la recuperación o como materia prima cuando no es ese su destino”, precisa la investigación.
El valor que la basura generó en una década es de aproximadamente 330.4 millones de dólares. Sin embargo, la cifra no es precisa pues existen vacíos de información debido a la falta de seguimiento por parte de los Gobiernos.
La investigación apunta que los principales tipos de plástico que arriban a América Latina son PET, PVC y polietileno. Sin embargo también llegan jeringas usadas, bolsas que contuvieron sangre y otros materiales médicos, carcasas de televisores o computadoras, desechos de uso automotriz, residuos de pañales e incluso contenedores contaminados de material tóxico. Los principales exportadores son Estados Unidos, China, Holanda y Alemania.
Por otro lado, a pesar de que los países latinoamericanos mencionados en la investigación forman parte del Convenio de Basilea sobre el Control de los Movimientos Transfronterizos de los Desechos Peligrosos y su Eliminación, creado para combatir los depósitos de desechos tóxicos en países en vías de desarrollo, estos continúan ingresando material contaminado que, además, tiene pocas portabilidades de ser reciclado.
Mientras que Estados Unidos ni siquiera forma parte del Convenio de Basilea, por lo que las empresas registradas en su territorio no pueden exportar sus desechos a los países que sí pertenecen.