(Infobae, 05/09/2019)
Estados Unidos ha entrado en negociaciones con los rebeldes hutíes en Yemen, con vistas a una solución a la guerra en este país, declaró este jueves un diplomático estadounidense de alto rango de visita en Arabia Saudita.
Es la primera vez que un responsable estadounidense menciona públicamente que se están llevando a cabo conversaciones entre la administración del presidente Donald Trump y los rebeldes chiitas de Yemen, que controlan la capital Saná y grandes zonas del norte del país desde 2015 y están apoyados por el régimen de Irán.
«Estamos en negociaciones en la medida de lo posible con los hutíes para intentar encontrar una solución negociada mutuamente aceptada al conflicto», declaró a la prensa David Schenker, secretario asistente en Asuntos de Medio Oriente para el departamento de Estado.
«Nos concentramos en los esfuerzos para poner fin a la guerra en Yemen»,declaro el diplomático, en una rueda de prensa en la base aérea de Al Jarj, al sur de Riad.
«Trabajamos con Martin Griffiths, enviado de la ONU, y estamos en estrecho contacto con nuestros socios sauditas», prosiguió.
Arabia Saudita lidera una coalición que interviene militarmente en Yemen desde marzo de 2015 contra los rebeldes hutíes, y en apoyo a las tropas del gobierno yemení, que ha mudado su capital a Adén. También Emiratos Árabes Unidos (EAU) participa de esta coalición.
El Wall Street Journal había adelantado el miércoles que Estados Unidos se disponía a iniciar negociaciones directas con los hutíes.
La guerra civil en Yemen comenzó en enero de 2015 cuando los hutíes, un grupo de seguidores del fallecido líder político y religioso Hussein Badreddin al-Houthi que habían iniciado en 2004 una insurgencia en el norte del país, se lanzaron a la conquista de Saná en el contexto de la fallida «primavera árabe» de 2011.
El gobierno del recientemente electo presidente Abdrabbuh Mansur Hadi se replegó a Adén y buscó la ayuda de Arabia Saudita, pero desde entonces el conflicto se ha complejizado enormemente y han surgido otros actores, tales como las milicias separatistas del sur, ex aliadas del gobierno, y unidades del grupo terrorista Al Qaeda en el este.
El gobierno del ex presidente de Estados Unidos, Barack Obama, mantuvo negociaciones con los líderes hutíes en junio de 2015 y los convenció de participar de un diálogo de paz con las fueras gubernamentales en Ginebra, Suiza.
La conferencia de Ginebra, sin embargo, fracasó en allanar el camino para la paz y el conflicto recrudeció, llevando a la población, una de las más pobres del mundo árabe, al borde de una crisis humanitaria.
Desde el inicio de la guerra se calcula que 90.000 personas han muerto, incluyendo 11.000 civiles, y tres millones han sido desplazados.
La guerra ha estado caracterizada por los bombardeos aéreos de la coalición árabes sobre ciudades yemeníes, provocando la mayoría de los muertos civiles, y el lanzamiento de misiles balísticos y drones explosivos, provistos por Irán, por parte de los hutíes contra objetivos en Arabia Saudita.
De esta forma, ha sido vista como un enfrentamiento regional entre Arabia Saudita, de mayoría sunita, e Irán, de mayoría chiita como los hutíes, por el liderazgo de los países de mayoría musulmana.