(AFP, Bolivia, 06/11/2019)
El presidente boliviano, Evo Morales, reelegido hace dos semanas en unos cuestionados comicios, afirmó que sus rivales quieren «muertos» al pedir apoyo a los militares en la pugna política.
Los opositores «están buscando muertos que vengan de la Policía y las Fuerzas Armadas», dijo Morales, un día después de que un influyente líder opositor regional llamara a los militares a intervenir en la crisis desatada tras el polémico escrutinio de las elecciones del 20 de octubre.
«El que pide la intervención militar está pidiendo sangre, está pidiendo muerte», declaró por su parte el ministro de Gobierno (interior), Carlos Romero.
En un mitin multitudinario el sábado en la noche, Luis Fernando Camacho, jefe de una poderosa entidad civil de la rica región oriental de Santa Cruz, lanzó un ultimátum a Morales para que renuncie en 48 horas.
Camacho, líder del derechista Comité Cívico de Santa Cruz, leyó además una carta dirigida a los jefes de las Fuerzas Armadas, a quienes exhortó a «estar al lado del pueblo» en esta crisis desatada por la polémica reelección de Morales, en el poder desde 2006.
El ministro Romero afirmó que el llamado de Camacho «coincide con información de inteligencia que señala que mañana (lunes) en horas de la noche se estaría preparando una acción violenta y confrontacional hacia la plaza Murillo», donde está la casa de gobierno en La Paz.
Por su parte, el candidato opositor y expresidente Carlos Mesa demandó este domingo nuevos comicios, con un renovado tribunal electoral, como vía para salir pacíficamente de la crisis.
«La mejor solución a esta crisis, en las actuales circunstancias, es una nueva elección, administrada por un nuevo OEP (órgano electoral) imparcial y con la observación rigurosa de la comunidad internacional», declaró Mesa al término de una asamblea nacional de su partido, Comunidad Ciudadana (CC).