( REUTERS ) El Gobierno y las clínicas privadas de Perú llegaron a un acuerdo sobre el costo de atención a pacientes COVID-19 tras la advertencia del presidente Martín Vizcarra de intervenir en 48 horas esos centros si no progresaban las negociaciones.
El ministro de Salud, Víctor Zamora, dijo el jueves que el acuerdo se concretó anoche tras una reunión con representantes de la Asociación de Clínicas Particulares del Perú, en momentos en que la pandemia ha llevado al país andino al colapso de su sistema de salud y a una profunda crisis económica.
“Lo importante acá es la salud de las personas, no podemos demorar en la atención”, dijo Zamora a la radio local RPP.
El presidente centrista Vizcarra lanzó el ultimátum de expropiar temporalmente a las clínicas privadas, invocando un artículo de la Constitución peruana sobre el uso de bienes privados en caso de necesidad pública nacional.[nL1N2E12K3]
Las clínicas privadas venían negociando desde hacía tres semanas con el estatal Seguro Integral de Salud una tarifa de atención a pacientes del coronavirus, en medio de denuncias de cobros excesivos para los enfermos que en casos extremos requieren respiradores mecánicos con cuidados intensivos.
El ministro Zamora refirió que tras la reunión en la víspera se fijó una tarifa de 55.000 soles (15.580 dólares) por la atención de un paciente COVID mientras dure todo el tratamiento. El acuerdo será suscrito el viernes, agregó el funcionario.
El gobierno había propuesto antes pagar hasta el equivalente de 1.003 dólares por día de atención y la clínicas solicitaban unos 1.308 dólares, según fuentes del ministerio de Salud.
Perú fue uno de los primeros en América Latina en imponer, a mediados de marzo, una cuarentena para intentar frenar la pandemia, pero desde mayo el Gobierno ha permitido el reinicio de actividades productivas para reactivar la economía.
Los casos de coronavirus sumaron en Perú 264.689, con 8.586 fallecidos, informó el Ministerio de Salud. El país andino tiene el segundo brote más alto en América Latina después de Brasil, y el séptimo a nivel mundial, según un recuento de Reuters