San José, (EFE).- Sectores empresariales expresaron su preocupación por la desaceleración de la economía, luego de que el presidente, Carlos Alvarado, presentara el informe sobre su primer año de labores.
La Cámara de Industrias indicó que reconoce los esfuerzos del Gobierno, como el saneamiento de las finanzas públicas y la agilización para la ejecución de proyectos de infraestructura rezagados, pero lamentó que Alvarado no hiciera referencia a la desaceleración del sector industrial.
«Aplaudimos el reconocimiento por parte del señor presidente de los serios problemas de competitividad para la producción y la generación de empleo que el país afronta, como lo caro del crédito y de las tarifas eléctricas, así como de la urgente necesidad de modernización del Instituto Costarricense de Electricidad», afirmó el presidente de la Cámara de Industrias, Enrique Egloff.
Alvarado indicó en su discurso que «estuvimos al borde de la quiebra, pero Costa Rica fue capaz de tomar una decisión valiente, un cambio difícil pero necesario», en referencia a la reforma fiscal aprobada durante el año pasado.
Añadió que el «proceso de desaceleración que afectó a la economía en el segundo semestre del 2018 se ha detenido, mostrando una leve recuperación en la actividad económica» y que «debemos aprovechar esta oportunidad que ofrece este nuevo escenario y esforzarnos por fortalecer la confianza nacional, tanto de los hogares como del sector productivo».
El diputado independiente, Erick Rodríguez, expresó a los medios tras el discurso de Alvarado que Costa Rica «está mejor, porque hay que reconocer que el presidente asumió la responsabilidad sobre el plan fiscal».
Por su parte, los representantes del sector exportador lamentaron que el mandatario Alvarado no incluyera en su discurso «propuestas robustas» enfocadas en el fortalecimiento de las exportaciones en momentos donde el sector está presentando un «estancamiento y desaceleración», especialmente en el régimen definitivo (fuera de zona franca) y en el sector agrícola.
«Somos del criterio que debería decretarse una situación de emergencia por el estado actual del régimen de economía definitiva y establecer de inmediato un plan de acción conjunto entre el Gobierno y sector productivo para minimizar el impacto negativo sobre el empleo y el crecimiento económico», dijo la presidenta de la Cámara de Exportadores, Laura Bonilla.
Bonilla manifestó que desde el inicio de la administración de Alvarado el sector ha procurado trabajar conjuntamente con el Gobierno con el afán de mejorar las condiciones y el clima de negocios para poder exportar.
Otro de los críticos al primer informe anual de labores de Alvarado fue el diputado independiente Jonathan Prendas, de tendencia evangélica conservadora, quien afirmó que el país se encuentra «estancado».
«Estamos estancados y eso lo sabe Costa Rica, el sector productivo, las pequeñas y medias empresas lo saben. La gente no tiene plata en sus bolsas y en la parte del consumo en sus casas la gente tiene que ver qué hace, porque la plata no alcanza», expresó Prendas.
En diciembre pasado, el Congreso aprobó una reforma tributaria que se está implementando paulatinamente en 2019 y que según el Banco Central reduciría el déficit en 3,7 puntos del producto interno bruto (PIB) al año 2022, con un impacto mayor en los años siguientes.
El déficit fiscal de Costa Rica fue del 6 % del PIB en 2018.
Con la reforma, la deuda alcanzaría su punto máximo hacia el año 2023 en alrededor del 65 % del PIB para comenzar a decrecer a partir de 2024, de acuerdo con las proyecciones del Banco Central.