Opinión

¿Hacia una Costa Rica bolivariana?

Hechos recientes deben alarmar a todos aquellos que creemos en el régimen democrático. Refiero el reciente acercamiento del gobierno de Carlos Alvarado con Rusia y con la dictadura cubana. Más en específico hablo sobre los convenios de visas entre San José y Moscú. Parece sumamente extraño que un gobierno cuyo discurso, supuestamente, apoya hoy el retorno de la democracia en Venezuela y Nicaragua, reciba por otra parte la bendición de la potencia que entrena y acuerpa a los asesinos de Caracas y Managua. ¿Qué se esconde detrás de todo esto? Y por supuesto, alarma el pacto con La Habana para la colaboración educativa. El presente artículo habla de tal convenio. El acuerdo es alarmante.

Con una ingenuidad que raya en pura estupidez se acusa de intolerancia a quienes criticamos estos acercamientos. Se dice que “debemos estar abiertos a analizar toda clase de corrientes”, o que “debe rescatarse lo bueno de Cuba”. Este adefesio de argumento ignora que en materia educativa, Cuba no se caracteriza por el pluralismo y la libre competencia de ideas (tan señalada por Popper como vital para la ciencia), sino por adoctrinar en su ideología, simplemente. Para muestra, mi carrera, Filosofía, es asquerosamente reducida en las universidades cubanas al estudio del marxismo, así, una disciplina con más de 2.500 años de existencia, resulta totalmente despedazada y convertida en mamotreto barato.

El acercamiento con la dictadura cubana también despierta muchísimas suspicacias al retomar expedientes. Si recordamos los cuestionamientos de diputados a los programas de Estudios Sociales, vemos que de hecho se criticó la fuerte tendencia marxistoide en dichas guías, con ideas como la satanización del mercado, la puesta en tela de duda de los alcances de los gobiernos democráticos, entre otros sesgos graves y notorios. En el pasado hasta la prensa adicta al gobierno criticó que estos programas tuvieran semejantes contenidos. ¿Qué hará un asesor o un consejero educativo comunista en este escenario? Obviamente abogará por recrudecer esos sesgos, para que prive una lectura de la historia cómoda al comunismo, donde no se informe sobre los crímenes de la ex URSS (sólo en Afganistán en los ochentas la ex URSS mató muchísimos más que Pinochet, Videla, Somoza y Ríos Montt juntos), de la ex RDA, de la actual dictadura venezolana, etc. También se expondría a los estudiantes al adoctrinamiento en visiones fracasadas e incapaces de levantar a una economía deprimida.

Un tercer y preocupante punto lo representan las posibilidades en perspectiva de este convenio. Para nadie es un secreto que la cobertura educativa en Costa Rica no es la mejor y que las zonas rurales e indígenas sufren de carencias de todo tipo. ¿Qué ocurrirá si los asesores cubanos asumen algún tipo de labor en esos confines? Muy sencillo, que tendrán el terreno seguro para difundir sus ideologías sin muchos contrapesos. Experiencias como la nicaragüense o la brasileña de hecho atestiguan que así operan los asesores cubanos.

Finalmente, debemos cuestionar los motivos de fondo para este tipo de convenio. Se sabe que la educación tiene grandes retos, por ejemplo fortalecer las habilidades blandas, la formación técnica en tecnologías de punta y el dominio del inglés, entonces: ¿Qué sentido tiene este convenio? Un sistema como el cubano premia el fanatismo ideológico y la violencia política (¿son esas habilidades blandas?), su economía es un fracaso (¿es Cuba un país con tecnologías tan avanzadas que puede darle clases a Costa Rica?), y obviamente no representa una buena opción para fortalecer el inglés, ¿cuáles son los verdaderos motivos para el acuerdo con Cuba? ¿Qué esconde? Cuba ya colaboró con Nicaragua y Venezuela, y los resultados saltan a la vista. Y las bases del engaño fueron decir que Cuba tenía gente capaz en ciertos campos, ¿no fue el precio de esa asesoría pagado con sangre y con el fin de las instituciones democráticas? ¡Precio asquerosamente alto!

Señores padres de familia, les insto a estar vigilantes frente a los hechos analizados aquí. De momento sugiero aprender alguito de derecho y buscar abogados, porque puede que debamos plantear no pocos recursos de amparo, a fin de evitar el proceso de adoctrinamiento que se viene contra niños y jóvenes. Y a los señores diputados, especialmente a la fracción democrática y valerosa de Nueva República, le insto a seguir investigando este peligroso acuerdo y ejercer el control político legislativo en toda su expresión. Que ningún amago antidemocrático quede sin ser denunciado.

El PAC ni es por vos ni es por Costa Rica, es por acercar disimuladamente a este país a corrientes políticas totalitarias y fracasadas como el comunismo cubano y el socialismo del siglo XXI. Señores ciudadanos: recuerden todos estos hechos en las próximas elecciones municipales y nacionales. No sigamos cavando la tumba de la democracia costarricense.

David Francisco Nani

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