La historia humana está llena de guerras, de todo tipo, incluso podríamos acertar diciendo que siempre hay alguien en guerra. Leer “El arte de la guerra” de Sun Tzu (Sun Wu), es excelente incluso para quienes no tenemos nada que ver con la milicia, porque vivimos en una eterna guerra, con nosotros mismos y con los demás. Yo pienso que no se puede hablar de PAZ, porque no existe, al menos universalmente en la tierra, mientras las guerras nunca acaban o cuando termina una ya ha comenzado otra. Hubiéramos podido decir que el mundo y la vida son una eterna negociación, conciliación y rechazo. Nadie vive de la Paz, todos viven de la Guerra.
El siglo XX, tan fresco en mi memoria, fue un siglo de dos guerras mundiales y muchas guerras más: Corea, Vietnam, Angola, El Golfo, Irak-Irán, Centroamérica, etc todas con resultados muy malos para todos, salvo para los grandes inversionistas de las armas y avituallamiento que ganaron toneladas de billones de dólares.
Las guerras siempre han sido algo lejano para un costarricense, pero no por eso han pasado desapercibidas, al contrario uno las ve con mayor objetividad, como quien mira una “estrella del Niño”, que no es estrella pero en final y principio de año brilla extraordinariamente hacia el occidente, dando a los atardeceres un mágico encanto.
Ahora tenemos una guerra muy especial: Rusia-Ucrania, dónde podemos observar el negocio inmoral de armamento, occidente gastando toda la chatarra que no se utilizaba, tanques, misiles, aviones, drones, empantanados desde hace décadas, valorados en billones de dólares, que pagarán los ciudadanos con impuestos. La pandemia COVID dejó muy maltrecha la economía occidental y parece que estos autores de la guerra necesitaban urgentemente una reactivación de la economía. Rusia había caído muy abajo en el abanico de poder mundial, ahora está utilizando todo ese basurero militar, ganando dinero y haciendo ganar dinero a muchos miembros de la OTAN. Algunos ingenuos piensan que el negocio del narco tráfico es importantísimo, no, el mejor negocio es el de la guerra. Otros ingenuos piensan que ganar una guerra señala al importante, no, eso no funciona de ese modo, aquí el asunto es comercial y no demostrar nada más. El poder económico no busca protagonismo en el escenario mundial, no, busca cómo hacer negocio y entre más prolongada la guerra mejor, ya las operaciones relámpago no funcionan porque requieren poco gasto, lo importante es guerras prolongadas que se conviertan en negocios seguros. En Corea los EEUU no ganaron ninguna guerra, ganaron dinero; Vietnam fue un caso patético donde batalla tras batalla los jóvenes estadounidenses morían como moscas, no era el interés ganar sino vender. Leí unas declaraciones de Henry Kissinger, ese lord de las relaciones mundiales: “Ucrania debe darle salida al mar a Rusia y firmar La Paz”, desde luego fue ignorado, lo que él dijo fue producto de la vejez que no del cálculo político-comercial.
No hay que apurarse, ya se debe tener preparado otro escenario para cuando esto acabe. ¿Rusia saldrá más debilitada? Es posible, aunque Putin más poderoso y rico, que es parte del asunto. ¿Habrá guerra nuclear? No, todos son bandidos pero ninguno es estúpido, la guerra nuclear devasta los imperios comerciales.
Sigamos las huellas del gallo.
(*) Dr. Rogelio Arce Barrantes es Médico
Fuente. El Pais Costa Rica