«Da miedo, sobre todo para los niños que no entienden del todo lo que está pasando. Necesitan aire, luchan por respirar», dice una doctora. «La gran pregunta es: ¿cómo disipamos todos los mitos?», agrega otro médico.
A medida que el impulso de la vacunación va debilitándose y la nueva variante delta se propaga, las tasas de infección por COVID-19 entre los niños se han incrementado y los hospitales infantiles están viendo un aumento de las necesidades de atención médica entre pacientes jóvenes.
El repunte del COVID-19 se suma a un pico inusual de enfermedades respiratorias entre los niños, que normalmente solo se ve en invierno. Esto ha reducido aún más el número de camas en los hospitales infantiles y ha aumentado la incesante demanda de médicos y enfermeras.
«Da miedo, sobre todo para los niños que no entienden del todo lo que está pasando. Necesitan aire, luchan por respirar, y es simplemente aterrador», dijo Kelechi Iheagwara, directora médica de la unidad de cuidados intensivos pediátricos del Hospital Infantil Our Lady of the Lake en Baton Rouge, Louisiana.
«Está la enfermedad, el miedo, no pueden respirar, están aislados… eso es difícil de entender para cualquiera, pero ¿te imaginas lo que es para un niño?», agregó.
En las últimas semanas, su hospital ha tratado casos de COVID-19 en niños de entre 3 semanas y 17 años. Iheagawara dijo que, durante el último mes, su unidad ha tenido que tratar a 25 o 26 pacientes en un espacio diseñado para 20. Y las cosas están empeorando.
Varios médicos de la media docena de hospitales infantiles con los que NBC News, cadena hermana de Noticias Telemundo, se contactó dijeron que han visto a niños infectados porque un miembro de su familia, a menudo uno de los padres, lleva el coronavirus a casa. Con frecuencia, esto se debe a que un adulto de la casa no está vacunado.
«Absolutamente, las infecciones en espacios familiares son el comienzo de esta pandemia, es una fuerza motriz importante en la propagación de las infecciones. Lo vemos a menudo dentro de los hogares, de padres a hijos», dijo Jim Versalovic, patólogo y pediatra jefe interino del Texas Children’s Hospital de Houston.
«Hemos visto hermanos -más de dos a veces- con una infección al mismo tiempo, por lo que la propagación dentro de los hogares es ciertamente un fenómeno muy real«, agregó.
El pico de COVID-19 afectó al hospital infantil de Baton Rouge a mediados de julio y elevó su total mensual a 75 casos, el mayor número de hospitalizaciones por coronavirus durante toda la pandemia. Con 27 niños ingresados en urgencias en los primeros cuatro días de agosto, el hospital ya ha visto más hospitalizaciones de niños que en todo el mes de junio.
Junto con el aumento de las infecciones por virus fuera de temporada este verano, el hospital ha estado al límite de su capacidad durante semanas y se prevé que el número de casos de COVID-19 entre los niños aumente durante los próximos dos o tres meses. Esto sigue siendo especialmente preocupante porque los niños menores de 12 años siguen siendo los más vulnerables al COVID-19, ya que aún no pueden vacunarse.
«También somos un centro de traumatología, así que tenemos que estar disponibles para los niños que sufren accidentes de auto y cosas así», dijo Trey Dunbar, presidente del Hospital Our Lady of the Lake.
«Mi temor es que con nuestra escasez de personal, si este aumento continúa, ¿cómo vamos a seguir atendiendo a los niños para los que necesitamos tener camas?», añadió.
«Cuando digo que están cansados, están más allá de eso. Están en plan: ‘No doy más», dijo Jason Newland, médico de enfermedades infecciosas de Washington University en el St. Louis Children’s Hospital.
«La gente dice que simplemente no quiere seguir haciéndolo, por lo que la capacidad de camas es cada vez más limitada. Los administradores de los hospitales están tratando de resolver esta escasez de personal -me quito el sombrero ante ellos-, pero estas conversaciones son difíciles porque se trata de los niños y de estas familias que necesitan ser atendidas», añadió.
Los niños menores de 12 años están especialmente necesitados de esa atención, ya que son el único grupo que sigue ser vacunado. La Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA, por sus siglas en inglés) no ha emitido una autorización de emergencia para que reciban la vacuna, lo que aumenta la preocupación, ya que muchos niños tienen previsto empezar el colegio en las próximas semanas.
Cameron Mantor, director médico del Oklahoma Children’s Hospital, en Oklahoma, dijo que están lidiando con un número de niños en las camas del hospital afectados por enfermedades respiratorias que normalmente se ven en invierno, así como con un personal agotado. Un aumento de casos de COVID-19, como el que han visto este año o el que está combatiendo ahora la parte noreste del estado, podría desbordarlos.
«Nuestro reto es averiguar cómo no volver a la situación que teníamos hace meses«, dijo: «La gran pregunta es: ¿cómo conseguimos vacunar a toda esta gente? ¿Cómo les hacemos saber que (la vacuna) es segura y muy eficaz? ¿Cómo disipamos todos los mitos?».
Ag. 9, 2021, 9:00 AM CST / Actualizado Ag. 9, 2021, 8:53 PM CST / Fuente: Telemundo