(AFP, Hong Kong, 02/10/2019)
Miles de hongkoneses se reunieron espontáneamente el miércoles para manifestar su ira por la violencia de los enfrentamientos en los que un policía hirió con bala a un manifestante durante la movilización prodemocracia en este territorio chino.
Algunos miles de manifestantes, entre ellos empleados de oficina con traje y corbata, se encontraron en un parque antes de desfilar por un barrio comercial de la ciudad, gritando consignas antigubernamentales y contra la policía.
También hubo otras manifestaciones nocturnas en los que la policía utilizó gases lacrimógenos de manera ocasional.
Horas antes, centenares de manifestantes se habían congregado ante la escuela del joven de 18 años herido la víspera por un disparo de la policía.
Ante la escuela de Tsang Chi-kin, los alumnos mostraban fotos del incidente, que fue filmado.
El joven fue herido en el barrio de Tsuen Wan, a unos 10 km del centro de la ciudad, por un policía que le disparó a quemarropa en el pecho después de que su unidad fuera atacada por manifestantes armados con palos y paraguas.
«Según las últimas informaciones del hospital su estado es estable», indicó el gobierno en un comunicado.
Se trata del primer manifestante víctima de un disparo de bala desde que en junio empezaron los enfrentamientos entre militantes prodemocracia y fuerzas de seguridad.
Por otra parte, una periodista indonesia, alcanzada por un disparo de goma en el ojo mientras cubría las manifestaciones del domingo, sufre una pérdida de visión permanente, según su abogado. «La herida que sufrió después de un disparo de la policía llevó a una ceguera permanente de su ojo derecho», explicó Michael Vidler.
– Peores violencias –
El martes, centenares de miles de personas tomaron las calles en Hong Kong, en un desafío a Pekín donde se conmemoraban los 70 años de la fundación de la República Popular de China.
La movilización empezó contra un proyecto de ley sobre la extradición a China, ya retirado, y se amplió después a demandas de mayor democracia y contra la injerencia de Pekín en los asuntos locales.
La ciudad fue el martes escenario de violentos enfrentamientos. Policías y periodistas resultaron heridos por líquido corrosivo lanzado por los manifestantes más radicales. Múltiples barricadas ardieron en varios barrios.
La policía replicó con gases lacrimógenos, cañones de agua y disparó pelotas de goma.
En el caso del joven de 18 años, el policía disparó porque temía por su vida «y en un lapso de tiempo muy corto, tomó la decisión y disparó contra su agresor», explicó a la prensa Stephen Lo, el jefe de la policía hongkonesa.
Sin embargo los manifestantes niegan esta versión y afirman que el policía arremetió contra la gente y sacó su arma de fuego.
«HK [Hong Kong] se ha convertido en un Estado policial de facto», tuiteó Joshua Wong, una de las figuras emblemáticas del movimiento prodemocracia en la excolonia británica.
Marco, un compañero de clase de Tsang Chi-kin, explicó que su amigo, apasionado del baloncesto, estaba indignado por el retroceso de las libertades en Hong Kong y por la violencia policial.
«Si ve problemas o injusticias, se opone a ellas y las afronta con valentía en lugar de sufrirlas en silencio», dijo a la AFP.
Los responsables de los hospitales afirmaron haber admitido a más de 70 personas el martes, mientras que la policía informó de 25 agentes heridos.
La policía indicó haber llevado a cabo 160 detenciones, y efectuado seis disparos en total.
El miércoles, 96 manifestantes detenidos el domingo, en otra jornada particularmente violenta, comparecieron ante la justicia acusados de participar en enfrentamientos con la policía. Tienen entre 14 y 39 años.
Las manifestaciones y la violencia en Hong Kong eclipsaron el martes las colosales celebraciones del 70º aniversario del régimen comunista chino.
Hong Kong vive desde junio su crisis política más grave desde su retrocesión a Pekín, en 1997.
Además de pedir más democracia y oponerse a la injerencia de Pekín, los manifestantes denuncian la violación, según ellos, del principio de «Un país, dos sistemas».
Este principio, que les otorga libertades mucho más amplias que en el resto del país, se acordó en el momento de la devolución hace 22 años a China de esta excolonia británica