(EFE) El obispo emérito de Nicaragua César Bosco Vivas Robelo, señalado por opositores de apoyar al presidente del país, Daniel Ortega, durante las manifestaciones antigubernamentales que estallaron en abril de 2018, falleció este martes a los 78 años, informó la Conferencia Episcopal.
Vivas Robelo, quien fue obispo de la diócesis de León y Chinandega (noroeste) desde 1991 hasta 2019, murió tras siete días de haber ingresado grave por padecimientos no revelados en el hospital estatal Fernando Vélez Paiz, en Managua.
El religioso se encontraba intubado desde el sábado pasado en la Unidad de Cuidados Intensivos, según fuentes eclesiásticas.
Tras el estallido social que comenzó en abril de 2018, el obispo emérito fue señalado por opositores de supuestamente apoyar a Ortega en el marco de las manifestaciones antigubernamentales que fueron aplastadas a la fuerza por el Ejecutivo, dejando cientos de muertos, presos o desaparecidos, miles de heridos, y decenas de miles en el exilio.
Hace dos años fue criticado por no condenar el asesinato del monaguillo de su diócesis Sandor Dolmus, de 15 años, quien murió en un ataque sorpresa realizado por civiles armados o «paramilitares», como son conocidos en Nicaragua, que apoyan al presidente Ortega.
Hace un año, medió cuando simpatizantes sandinistas lanzaron piedras dentro de la Catedral de León -una basílica incluida en la Lista del Patrimonio Mundial de la Humanidad y ubicada 90 kilómetros al noroeste de Managua-, tras finalizar una misa de acción de gracias por la libertad de los que la oposición considera «presos políticos», en el marco de la crisis que vive el país desde abril de 2018.
Vivas y el jefe policial de León, Fidel Domínguez, mediaron con las partes para evitar una confrontación.
El obispo Vivas y el jefe policial acordaron garantizar la salida ordenada de los que participaron en esa misa, aunque, de acuerdo con los opositores, el religioso los abandonó a medio camino y los dejó expuestos a los simpatizantes sandinistas.
Las decisiones de Vivas en el conflicto de 2018, que incluyeron el recibimiento de altos representantes sandinistas y actividades estatales en la Catedral de León, lo diferenciaron de la mayoría del Episcopado, entre ellos el cardenal Leopoldo Brenes y al obispo auxiliar de la arquidiócesis de Managua, Silvio Báez -quien fue enviado al Vaticano-, quienes arriesgaron sus vidas para proteger a los manifestantes de los ataques armados.
Vivas, un licenciado en teología bíblica, fue consagrado como obispo en 1981, fue presidente de la Conferencia Episcopal de Nicaragua en 1991, y dimitió en 2017, al cumplir 75 años, edad de jubilación de los prelados.
En agosto pasado Vivas pasó a ser obispo emérito y heredó la diócesis de León a su par Sócrates René Sándigo Jirón, quien antes ocupaba el cargo en la diócesis de Chontales, en la zona central de Nicaragua.