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Ni crisis económica ni COVID-19 afectan el deseo de adoptar un niño en Venezuela

( SPUTNIK ) En una casa grande y silenciosa, con piso impecable y olor a hogar, aguardan 12 pequeños que se encuentran en una lista para ser adoptados en Venezuela.

«¡Mira la casa que estoy pintando!», exclama uno. «¡Mira mi dibujo!», dice una pequeña, mientras colorea una reina y un rey. A leguas se entiende, aunque no te lo digan, que es una forma de llamar la atención, esa que sus padres o familiares les negaron.

Las trabajadoras del hogar ‘Ruiseñor de Catuche’ no portan uniformes. La idea es que los niños las vean como sus tías. De pronto, se siente un sabroso aroma a comida que impregna toda la casa, avisando la hora del almuerzo.

Aunque en Venezuela no se habla mucho de la adopción de niños y niñas, actualmente 456 parejas esperan para ser padres adoptivos.

Las dificultades económicas o la pandemia no han sido obstáculos para que estas personas continúen con los procedimientos, contó a Sputnik la presidenta del Instituto Autónomo Consejo Nacional de Derechos de Niños, Niñas y Adolescentes (Idenna), Luisaura Ravicini.

En busca de familia

En 2019, 100 menores fueron adoptados en Venezuela, y en lo que va de este año el Idenna evalúa a 82 parejas para realizar el mismo procedimiento con 27 menores que se encuentran esperando adopción.

Los niños y adolescentes son ubicados en las instituciones del Estado de acuerdo con sus edades, debido a que la ley establece que los espacios tienen que ser diferenciados para atender todo lo relacionado con su desarrollo.

Los chicos que se encuentran en esta casa fueron abandonados en hospitales, en la calle o entregados por sus propios madres o padres que se encuentran privados de libertad, por lo que pasaron a la protección del Estado.

A los pequeños les encanta recibir visitas. Aunque no se les ve la sonrisa porque todos llevan barbijos puestos, sus ojos sí expresan la alegría que sienten cuando ven a alguien diferente del entorno con el que a diario conviven.

Una de las trabajadoras de la casa hogar tiene sus propios hijos, pero no por ello deja de sentir y tratar a estos como si también lo fuesen.

Orígenes

Una vez que los niños llegan a estas entidades del Estado, se activa una medida de protección temporal de 30 días, en los que el Consejo de Protección realiza todas las indagatorias necesarias para saber si el niño tiene familia de origen.

En el proceso también actúan otras instituciones como el Servicio Administrativo de Identificación, Migración y Extranjería (Saime), el Consejo Nacional Electoral (CNE) y el Cuerpo de Investigaciones, Científicas, Penales y Criminalísticas (CICPC), encargados de conseguir los vínculos familiares.

Algunos pequeños corren con la fortuna de ser adoptados por su propia familia, y en este caso el tribunal dicta la medida de colocación en familia extendida.

Las familias sustitutas también juegan un papel muy importante en este proceso, debido a que existen muchos casos en los que la madre ha dejado a su hijo con algún vecino por varios años y luego con el tiempo vuelve para reclamarlo.

«El plan de familias sustitutas lo estamos llevando a los senos de todas las comunidades para que conozcan qué es lo que hay y cómo acceder a estos mecanismos de administración de justicia por la infancia. Por ejemplo: dejé a mi hijo de cinco años con mi vecina. Llegué, mi vecina no lo quiere entregar porque ya hay un emparentamiento. Yo como padre puedo denunciar, porque la otra persona no tiene un instrumento legal que le avale», señaló Ravicini.

Fases

Los procedimientos de adopción pueden durar hasta un año, ya que tienen dos fases:

  1. la administrativa, que lleva a cabo el Idenna,
  2. y la judicial, que se refiere a la presentación de la solicitud ante el tribunal.

También hay personas de otros países que acuden a Venezuela para adoptar niño. En lo que va de este año se han registrado dos casos concretados, siendo España una de las naciones con más solicitudes.

La adopción es un proceso irrevocable. Cuando un niño es adoptado es como un hijo de sangre tiene los mismos derechos de otro hijo que la pareja pueda tener.

Mientras, en ‘Ruiseñor de Catuche’, los 12 pequeños juegan a hacer galletas y deportes, y aunque las trabajadoras tratan de hacerlos sentir en familia, nada se compara con la emoción que sienten cuando una pareja los adopta y les brinda el amor de padres que tanto necesitan.

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