(CONFIDENCIAL.COM.NI) Con el despido injustificado de médicos especialistas del Ministerio de Salud (Minsa) la sobrecarga laboral en los hospitales públicos será mayor, los pacientes que no pueden pagar una consulta privada tendrán que esperar más tiempo en las salas de Emergencia y la calidad de la atención médica irá disminuyendo, a medida que asciende la curva epidemiológica de la covid-19 en el país.
Los médicos Ignacio Molina y Martha Bendaña, despedidos del Hospital Manolo Morales, y la doctora María Nela Escoto, del Hospital Antonio Lenín Fonseca, explicaron en el programa Esta Noche las consecuencias de su despido. Una represalia que expuso –una vez más– el control político que ejerce el régimen de Daniel Ortega y Rosario Murillo sobre los servidores públicos, mientras intenta minimizar la pandemia del coronavirus SARS-COV2.
En los hospitales públicos “siempre habrá alguien que atienda”, señaló el doctor Molina. El problema es que “nosotros (los médicos despedidos) teníamos una gran cantidad de pacientes, ahora estos pacientes los tienen que asumir los colegas que quedaron. ¿Qué calidad de atención es esta?”, cuestiona.
El doctor Molina, quien es cirujano oncólogo, tenía a su cargo “un grupo de pacientes vulnerables” en el Hospital Manolo Morales, quienes al perder a su médico de cabecera “quedan con la incertidumbre de quien los va a tratar”.
Los médicos “se están despertando”
La cancelación de los contratos de trabajo de más de diez médicos por parte del Minsa, constituye una especie de “revancha política” en contra de los doctores que suscribieron un pronunciamiento a finales de mayo, en el cual lamentaron la “estrategia inaudita e inverosímil del Gobierno nicaragüense ante la pandemia del covid-19” y reclaman recursos sanitarios.
Para la doctora María Nela Escoto, despedida del Hospital Lenín-Fonseca, el pronunciamiento es una muestra de que el gremio médico “se está despertando” en contra de “las injusticias” y el “mal manejo de la pandemia”. Aunque, asegura, sus voces “no son escuchadas” en los hospitales.
«El Gobierno nos ve a los servidores públicos como que tenemos que rendirle lealtad al partido y creo que eso no es correcto”, señala la doctora Escoto. Los directores de los hospitales “quedan viendo mal” a quien se atreva a reclamar equipos de protección contra la coiv-19.
Desde el pasado 18 de marzo, día en que se reportó el primer caso de covid-19 en Nicaragua, hasta la actualidad, las autoridades del Hospital Antonio Lenín Fonseca “solo nos habían dado dos mascarillas N95”, recordó la doctora Escoto. Ella y sus colegas “pagamos con nuestros propios recursos” los equipos de protección que usaban en el hospital.
El brazo político de Fetsalud
A los doctores despedidos únicamente les notificaron de forma verbal que “son órdenes de arriba”. Sin embargo, la fuente de la que emanan las órdenes no está en el Minsa, señala la doctora Escoto, sino en la Federación de Trabajadores de la Salud (Fedsalud), el sindicato que dirige Gustavo Porras, presidente de la Asamblea Nacional y operador político de Rosario Murillo, sancionado por los Gobiernos de Estados Unidos y Canadá.
Fetsalud “tiene una actitud vengativa en contra de los médicos. Nos quieren callar”, enfatiza la doctora Escoto. Su afirmación se deba a que desde el año 2007, cuando del Frente Sandinista asumió el poder por segunda ocasión, Fetsalud fue desplazando a todos los sindicatos médicos independientes hasta el punto que en la actualidad, en los hospitales “no se da un paso ni se toma una decisión si no es consultado con Fetsalud”.
El contagio en los hospitales
Sin equipos de protección y en la mira del sindicato sandinista, los trabajadores despedidos se encontraban en la primera línea de defensa contra la pandemia. La doctora Martha Bendaña, quien fue despedida del Hospital Manolo Morales, explicó que desde el pasado cuatro de mayo el hospital donde laboraba recibía diariamente entre 15 y 18 pacientes sospechosos de covid-19.
En el Hospital Manolo Morales “el mayor número de pacientes en un día fue de 70, con una mortalidad de 230 pacientes”, indicó la doctora Bendaña. En ese hospital prevaleció “un caos” durante los primeros días. De un total de 26 médicos residentes se enfermaron 22, los cuatro que quedaron fueron ubicados de base en la sala de Emergencias “porque todos los médicos de Emergencia se enfermaron”, dijo.
Hasta este martes nueve de junio, habían fallecido seis trabajadores del Hospital Manolo Morales y otros 120 habrían enfermado.
Para el doctor Molina, quien laboraba en ese mismo hospital, otra razón de los contagios entre el personal médico es que atendían sin protección a “pacientes que en teoría no tenían covid-19, porque hay pacientes asintomáticos, pero al final terminan siendo positivos”. El foco de contagio “no solo ha sido afuera. No es cierto, esa es una información engañosa y que es peligrosa para el pueblo”, continuó.
Estos despidos se suman al del infectólogo Carlos Quant Durán, el pasado cuatro de junio en el Hospital Manolo Morales, en represalia por ser una de las voces más beligerantes contra la falta de respuesta oficial para prevenir y enfrentar la pandemia.
El doctor Quant fue “uno de los que más contribuyó en equipos de protección. Nos ayudó mucho, –quizá– esa fue una de las causas por las que a él lo despidieron, porque él nunca faltó a trabajar al hospital”, subrayó la doctora Bendaña.