La Conferencia Episcopal de Costa Rica aseguró que las jornadas laborales de 12 horas, de aprobarse el proyecto de ley 21.182, afectarían negativamente la salud, la vida y las relaciones familiares.
En un documento enviado a la diputada del partido Frente Amplio, Rocío Alfaro, el obispo José Manuel Garita Herrera, presidente de la conferencia expuso el criterio técnico de la entidad, tras analizar investigaciones y estudios sobre la relación vida-trabajo.
Para la Iglesia Católica costarricense se vería afectada la vida familiar pues al trabajar 12 horas, considerando el tiempo de desplazamiento entre el hogar y el centro de trabajo, fácilmente las personas estarán fuera de su hogar 14 horas.
“Al margen de que esta jornada laboral sea consentida por determinadas personas trabajadoras, este horario laboral supondría una afectación en los tiempos de comunicación y convivencia al interior de la más básica e importante institución de nuestra sociedad: la familia”. Además resaltan que hay un grave peligro de exclusión laboral, pues aunque la medida sea “voluntaria ”no existen “suficientes condiciones jurídicas ni administrativas en el país para garantizar que, tanto en los procesos de contratación como en la operación de todas las empresas, no queden en situación de vulnerabilidad para la exclusión laboral las personas que no se acojan a dicha jornada”, precisa.
Ver documento:Criterio técnico ético y social CECOR sobre expediente legislativo 21.182 (Jornadas Laborales)
“Sin duda alguna, la falta de protección del derecho al trabajo decente, como lo llama la Organización Internacional del Trabajo, de cientos de miles de personas trabajadoras, es una de las erosiones más grandes al desarrollo humano que sufre nuestro país”, sostiene la Conferencia Episcopal.
Los obispos llaman la atención sobre que «las jornadas de doce horas obstaculizarían la inserción educativa de muchas personas trabajadoras que estudian en horarios que serían incompatibles con jornadas tan extensas de trabajo».
Sobre los efectos en la salud de las personas trabajadoras, advierten los estudios realizados «parecen apuntar a que en términos fisiológicos, una jornada laboral de 8 horas diarias y 45 horas semanales es lo máximo a lo que un trabajador debiera estar expuesto en su actividad laboral, sin embargo, cabe destacar que existe poca la evidencia que somete a evaluación jornadas de menor duración”.
Sobre el efecto de esas jornadas y las prácticas religiosas de ejercer este derecho indican: “La alternancia entre trabajo y descanso, propia de la naturaleza humana, es querida por Dios mismo”, afirman.
«El valor principal que tendrían para el sector empleador las jornadas laborales extendidas radica en la disminución del costo salarial de lo que hasta ahora legalmente se consideran horas extras”.
En cuanto al alegato oficialista de atraer inversiones, los obispos puntualizan que “frente a estos beneficios, la inclinación de la balanza hacia el lado de la grave afectación que comportaría para una parte de las personas trabajadoras y sus familias, especialmente de las personas dependientes por razón de edad o de salud, es tal, que nos lleva a opinar que no se debe aprobar esta reforma de la jornada laboral”.
Concluyen que Costa Rica ha demostrado ser un país capaz de atraer inversión extranjera y de alcanzar desempeño muy notorio en exportaciones “sin necesidad de una reforma de los derechos laborales como la que pretende el proyecto de ley, ni un retroceso en materia de legislación laboral”.
Fuente. elpaiscr