- El organismo dio a conocer estimaciones del impacto del coronavirus, en una región en la que ya trabajan más de 10 millones de niñas, niños y adolescentes.
(RT) La Organización Internacional del Trabajo (OIT) y la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) advirtieron hoy que entre 109.000 y 326.000 niñas y adolescentes pueden verse obligados a sumarse al mercado laboral en la región, debido a la crisis económica provocada por la pandemia de coronavirus.
Los organismos dieron a conocer este jueves un análisis que realizaron en vísperas de que se conmemore el Día Mundial contra el Trabajo Infantil.
En el documento, revelaron que actualmente 10,5 millones de menores trabajan en la región, cifra que puede aumentar por el «impacto devastador» que tendrá la caída de ingresos sufridas por los hogares, a raíz de las medidas tomadas por los gobiernos para frenar la pandemia.
«La desaceleración de la producción, el desempleo, la baja cobertura de la protección social, la falta de acceso a seguridad social y los mayores niveles de pobreza son condiciones que favorecen el aumento del trabajo infantil», explicaron.
Los organismos señalaron que un análisis realizado inicialmente en México, Perú y Costa Rica, y basado en los resultados del Modelo de Identificación del Riesgo del Trabajo infantil desarrollado por CEPAL y OIT, permite estimar que el trabajo infantil podría aumentar entre uno y tres puntos porcentuales en Latinoamérica.
El documento recordó que el trabajo infantil,queejercen menores de cinco a 17 años en América Latina y el Caribe, bajó del 10,8% en 2008 a 7,3% en 2016, lo que equivale a una disminución de 3,7 millones de personas.
Sin embargo, agregó, frente a la pandemia «el aumento del desempleo y la pobreza afectarán severamente el bienestar de las familias, particularmente aquellas en condiciones de pobreza extrema quienes suelen habitar viviendas inadecuadas».
Los niños deben ser prioridad
El informe detalla que uno de los principales factores de inseguridad económica en los hogares es que la jefa o el jefe del hogar labore en condiciones de informalidad, donde la protección social es mínima y los contratos son inexistentes, por lo que el trabajo infantil se convierte en un componente importante para el manejo de esa inestabilidad.
Por otra parte, alertó que el cierre temporal de las escuelas es otro factor que potencia el aumento del trabajo infantil.
«Ahora más que nunca niños, niñas y adolescentes deben estar en el centro de las prioridades de acción que, en su conjunto y a través del diálogo social tripartito, ofrezcan respuestas para consolidar los avances en la reducción del trabajo infantil, especialmente en sus peores formas», advierte el reporte.
l documento agregó que, una vez que el niño o la niña se encuentra en una situación de trabajo infantil, es mucho más complejo y costoso retirarles de esa actividad o de intervenir para restituir sus derechos.
Frente a este escenario, los organismos proponen identificar y localizar a los niños, niñas y adolescentes que trabajan, restituirles sus derechos y los de sus familias e implementar transferencias con base en el ingreso básico de emergencia, por seis meses, para todas las personas en situación de pobreza en 2020 que ha propuesto la Cepal.