Gobierno realiza ajustes fuera del presupuesto de la regla fiscal que afectarán el financiamiento a las entidades públicas en el 2022.
Según el Ministerio de Hacienda, la regla fiscal busca la manera de restaurar y consolidar nuevamente las finanzas públicas de instituciones que forman parte del sector público no financiero, así mismo, su labor en los últimos meses ha sido asegurar la sostenibilidad de las finanzas del Estado.
En diciembre de 2018, se aprobó la Ley de Fortalecimiento de las Finanzas Públicas, la cual trajo luego un plan o estrategia llamada “regla fiscal”, poniéndose en marcha con el fin de dar frutos unos años después y en este momento busca lograr conseguir un cierto límite en la repartición del capital a las instituciones públicas.
En el 2022 el crecimiento de los gastos de estas instituciones se verá muy limitado y deberá ser menor al que se efectuó en el 2021, perjudicando a los programas de los ministerios del país y obligando a estas instituciones a efectuar recortes presupuestarios en algunos de ellos.
En estos casos, la ley de Costa Rica dispone de varios rangos de endeudamiento público que influyen en el crecimiento del gasto corriente. En el estudio del Presupuesto Nacional 2022, hecho por la Contraloría General de la República, el próximo año (2022) se pondrá en vigencia el escenario de endeudamiento “d)”, a raíz de que la taza de endeudamiento público cerrará en más de un 60%.
Esto quiere decir que, el crecimiento del gasto total del presupuesto no debe sobrepasar el equivalente a 65% del promedio del crecimiento anual del PIB para el periodo de 2017-2020. Debido a esto, el Ministerio de Hacienda emitió un comunicado para todos los jerarcas de sector público, en el cual indicaba que el crecimiento del gasto total no podrá sobrepasar el 1,96%.
Un tope igual se tendría que dictaminar para el gasto corriente según Hacienda, sin embargo, la Presidencia de la República decretó reducir el porcentaje de crecimiento del gasto total a un 1,82%.
El problema de esto es que, el Gobierno incumpliría con el tope estipulado en el gasto corriente, el cual contempla salarios, remuneraciones, servicios y compra de bienes, que a la larga crecerá en más de 2% el próximo año, superando contundentemente el límite que estipula la regla fiscal con respecto a lo efectuado el año anterior.
Tanto la tasa promedio de crecimiento interanual del producto interno bruto (PIB) nominal de los últimos 4 años, como la relación entre la deuda total del Gobierno con respecto al PIB nominal del presupuesto económico del año anterior, son las dos unidades macroeconómicas que conforman el mecanismo de la regla fiscal.