Reino Unido ha impuesto un riguroso confinamiento a la ciudad inglesa de Leicester tras la detección de un brote local del nuevo coronavirus, eclipsando los intentos del primer ministro Boris Johnson de devolver el país a la normalidad.
Reino Unido ha sido una de las zonas más afectadas del mundo por la pandemia, con más de 54.000 personas presuntamente fallecidas por el virus, aunque las infecciones han ido disminuyendo en las últimas semanas y se van a relajar muchas restricciones en toda Inglaterra a partir del sábado para reactivar la economía.
Sin embargo, en Leicester, en la parte oriental de la región inglesa de las Midlands, esa relajación ha tenido que ser revertida después de que las cifras mostraran que la tasa de infección de los últimos siete días era tres veces mayor que la de la siguiente ciudad con un nivel de nuevos casos más alto. Leicester representó el 10% de todos los casos positivos en Inglaterra en la última semana, dijo el Gobierno británico.
“Volver al confinamiento podría ser algo bueno para deshacerse del virus. Pero por otro lado, muchos negocios van a sufrir”, dijo a Reuters Shane Durrant, que trabaja en una casa de apuestas que acaba de reabrir.
El confinamiento de Leicester ha desviado la atención del discurso que estaba pronunciando Johnson en Dudley, a 80 kilómetros de distancia de la ciudad, sobre los planes de su Gobierno para reconstruir la economía del país.
COLEGIOS CERRADOS
El Ministro de Sanidad británico, Matt Hancock, dijo que el Gobierno aún estaba analizando las causas exactas del aumento de los casos en Leicester y añadió que el confinamiento local requeriría cambios legales con la aplicación de nuevas medidas por la policía.
El alcalde de Leicester, Peter Soulsby, dijo que había sido difícil obtener detalles del Gobierno, entre ellos qué zonas cubriría el cierre. “Obviamente va a ser un gran reto hacer que se cumpla”, dijo a Sky News.
Los colegios de la ciudad, en la que encontraron los restos del rey Ricardo III de Inglaterra en 2012, cerrarán a partir del jueves tras una incidencia de infecciones inusualmente alta entre niños.
Los residentes dijeron que la gente había estado ignorando ampliamente los consejos sobre el distanciamiento social y otras medidas para frenar el virus cuando el Gobierno comenzó a relajar las reglas hace dos semanas.
“Creo que si la gente escuchara y se quedara en casa, entonces no estaríamos aquí”, dijo Bob Sharma, un gestor bancario.