(RT) El secretario de Salud de Río de Janeiro, Fernando Ferry, anunció este lunes su dimisión después de poco más de un mes en el cargo y cuando la pandemia del coronavirus ya ha dejado más de 96.133 infectados y 8.875 muertes en este estado.
«Hoy solicito mi destitución como secretario de Salud en Río de Janeiro. Quería decir que lo intenté. Quisiera agradecer al gobernador [Wilson Witzel] por darme esa oportunidad de intentar resolver estos graves problemas de salud», explicó Ferry en un video transmitido por la cadena TV Globo.
Especialista en el VIH/sida, Ferry pidió disculpas a la población. «Solo quería decir una cosa más: pido disculpas a las población. Pero la única cosa que puedo decir: lo intenté. Gracias y espero que me disculpen».
«Contratos problemáticos»
Según la cadena de televisión, uno de los motivos de su dimisión pudo ser las presiones que sufrió para pagar «contratos problemáticos». Algunos de esos contratos firmados durante la pandemia han sido objeto de investigaciones, entre ellos, construcciones de hospitales de campaña para atender a víctimas de coronavirus y la adquisición de equipamientos de salud.
La misma fuente afirma que el secretario de Salud renunció después de una reunión con su equipo técnico en la que se llegó a la conclusión de que los hospitales de campaña no deben abrir porque no son necesarios.
Ferry, que abandona el cargo junto a 30 asesores, será sustituido por el coronel del Cuerpo de Bomberos Alex da Silva Bousquet.
La semana pasada, la Fiscalía denunció a 17 personas «por daños a la salud de Río de Janeiro» en el marco de la Operación Favorite, una rama de Lava Jato, y que tuvo como objetivo contratos sospechosos.
Además, a finales de mayo, la Policía Federal (PF) registró la residencia oficial del gobernador de Río de Janeiro, Wilson Witzel, dentro de otra investigación sobre un esquema de malversación de fondos públicos destinados a combatir la pandemia. El gobernador negó su participación.
Brasil tiene 1.085.038 de casos de contagios confirmados y 50.617 muertos. El gigante latinoamericano es el segundo país más afectado por la pandemia por detrás de EE.UU..