Rusia abogó en diferentes escenarios internacionales realizar esfuerzos para impedir que el Ejército de Ucrania provoque una catástrofe nuclear, tras intensos bombardeos perpetrados en la planta de Zaporizhzhia durante la semana que concluye hoy.
Entre los días del 5 al 11 de agosto las tropas de Kiev lanzaron reiterados ataques contra la infraestructura de la instalación nuclear de la ciudad de Energodar, lo que provocó un incendio en un conductor de hidrógeno, como resultado se cortó el suministro de electricidad a una parte de los equipos del reactor tres y redujo la capacidad de generación del cuatro.
Frente a ese escenario la representación de Moscú ante Naciones Unidas solicitó una reunión del Consejo de Seguridad para analizar las posibles consecuencias de las acciones de las tropas ucranianas, y convocar a la comunidad internacional a tomar partido en el asunto.
Al respecto, el representante permanente ruso en ONU, Vasili Nebenzia, al intervenir en el encuentro realizado el miércoles, indicó que bajo la amenaza de la contaminación radiactiva quedarían varias regiones, como las de Kiev, Járkov, Odesa o Jersón, así como las autoproclamadas repúblicas populares de Donetsk y de Lugansk.
El diplomático alertó que incluso las regiones fronterizas de Rusia, Belarús, Moldavia, Bulgaria y Rumanía podrían encontrarse bajo riesgo.
«Estas son las previsiones de los expertos más optimistas. La escala real de la catástrofe nuclear en la central nuclear de Zaporizhzhia es imposible incluso de imaginar. En este caso, toda la responsabilidad recaerá sobre los patrocinadores occidentales de Kiev», recalcó.
En ese sentido, enfatizó que Moscú advirtió «repetidamente» a Occidente que, «si no hacen que el régimen de Kiev entre en razón, entonces este dará los pasos más monstruosos e imprudentes, cuyas consecuencias se harán notar mucho más allá de las fronteras ucranianas».
Por otra parte, Nebenzia se pronunció ante las acusaciones «cínicas» y «absurdas» que pretenden culpar al Ejército ruso de los ataques, al tiempo que aseguró que esas afirmaciones carecen de sentido común, pues la planta atómica está bajo control de las Fuerzas Armadas de Rusia desde marzo pasado.
En sus declaraciones, el representante de la cancillería rusa manifestó que Moscú está de acuerdo con la propuesta del director general del Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA), Rafael Grossi, de desplegar una misión de expertos para inspeccionar la planta nuclear.
En relación con esta posibilidad, la víspera la portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores ruso, María Zajárova, instó a las autoridades ucranianas a no obstaculizar la visita de la OIEA a la central de Zaporizhzhia.
La vocera añadió que este es el momento para si en el extranjero y en las capitales europeas están realmente interesados en que la misión se lleve a cabo, “pues deben poner en su lugar al Gobierno del presidente Vladimir Zalensky”, enfatizó.
Zajárova recordó que una misión internacional de la entidad atómica casi coordinada y preparada en todos los aspectos por Moscú, se suspendió a principios del verano debido a la obstrucción por parte de la Secretaría de la ONU.
Agencia Prensa Latina