Muchas son las personas que están justificando que Australia no deje entrar al tenista Novak Djokovic basándose en la soberanía nacional de este país para imponer sus propias normas. Un argumento que parece inatacable, pues si un país tiene sus normas estas se han de cumplir, pero que esconde un tremendo peligro, el de justificar cualquier decisión de un país soberano.
Y es que las personas que justifican la actuación de Australia respecto a la obligación de las vacunas para extranjeros que entren en su territorio y, por lo tanto, la deportación del tenista Novak Djokovic, atendiendo a la soberanía nacional australiana, imaginamos que también justificarían que Qatar, por ejemplo, impida la entrada de personas homosexuales en su país para asistir al próximo Mundial de Fútbol.
Porque ambos países están ejerciendo sus derechos, ¿no?, uno el de impedir la entrada a no vacunados y otro el de impedir, en su caso, la entrada a los homesexuales; por lo que aquellos que justifican y explican la actuación de Australia, deberían entender también y justificar la decisión de Qatar.
El caso es que si con una decisión soberana, la de Qatar, montamos en cólera y la criticamos como un atentado a los derechos humanos, ¿por qué no hacemos lo mismo con la decisión de Australia?
Que lo piensen las personas que justifican a Australia pero critican a Qatar…
Tomado. el diestro España