El presidente de Estados Unidos Donald Trump dijo el miércoles que su gobierno aún cuenta con un amplio arsenal que puede ser usado contra el régimen de Nicolás Maduro antes de llegar a la intervención militar, incluyendo la aplicación de un “fuerte” embargo a Cuba.
El mandatario, quien habló en una entrevista con la cadena Fox Business, no dió detalles sobre qué es lo que la administración está contemplando hacer, luego que altos integrantes de la fuerzas armadas rehusaron respaldar al presidente interino Juan Guaidó, como se habían comprometido a hacerlo.
Pero Trump dijo que éstas podrían llegar a ser de alto impacto.
“Algunas de éstas, no quiero ni siquiera mencionar, porque son muy duras”, dijo el presidente estadounidense al ser consultado por la periodista Trish Regan.
“Nosotros vamos a aplicar un embargo y sanciones muy fuertes a Cuba. Depende de lo que va a pasar allí, pero ellos (el régimen de La Habana) tienen mucho que perder porque no tienen una economía en auge”, agregó.
Señaló que el embargo sería aplicado si el régimen de La Habana no sale de Venezuela.
Trump formuló los comentarios después de sostener en la Casa Blanca una reunión con altos funcionarios del gobierno estadounidense para analizar los próximos pasos a seguir en torno a la crisis en Venezuela.
En la reunión, en la que se discutieron los futuros castigos contra el régimen, participaron el Secretario de Estado, Mike Pompeo, el Secretario de Defensa interino Patrick Shanahan y el Secretario de Seguridad Nacional, John Bolton, entre otros.
El presidente reiteró que en lo que concierne a Venezuela todas las opciones siguen sobre la mesa.
“Nosotros estamos haciendo todo lo que se puede hacer antes de llegar al último paso [la intervención militar]. Hay gente que quiere que nosotros tomemos el último paso. Pero tenemos muchas opciones abiertas”.
Trump agregó que su administración está realmente preocupada por la gravedad de la situación en Venezuela, cuyos habitantes no tienen suficientes alimentos para comer, no tienen acceso a la medicina para atender a sus enfermos y donde el agua que sale por las cañerías es sucia.
La reunión sobre Venezuela en la Casa Blanca de ésta tarde fue realizada un día después que Guaidó emprendiera lo que llamó la fase final de la Operación Libertad, que busca librar a Venezuela del régimen socialista inspirado y controlado por Cuba e influenciado por China y Rusia.
En la jornada de protestas, la cúpula militar de Maduro se había comprometido a forzar la salida del gobernante de facto, pero éstos incumplieron con sus compromisos.
Guaidó, cuya presidencia es reconocida por más de medio centenar de países, ha prometido seguir luchando en las calles con sus seguidores hasta que Maduro se vea obligado a salir.
Regan, quien también entrevistó a Guaidó en su programa, le preguntó si la tensa situación en Venezuela pudiese de alguna manera desembocar en una guerra civil y el joven presidente interino respondió que ese riesgo es hoy menor que el que existía hace unos años porque Maduro ha perdido el respaldo total de la población.
“Hace unos años, eso podría decirse. Venezuela era un país polarizado, pero hoy ese no es el caso. Hoy entre el 91 y el 95 por ciento de la población quiere un cambio. Hoy el usurpador Maduro es muy débil, y no cuenta con el respaldo real de las Fuerzas Armadas”, expresó.
Aún así, Guaidó reconoció que los venezolanos que luchan por la democracia de Venezuela corren riesgos de ser arrestados o incluso de perder la vida ante el uso de la violencia por parte del régimen para mantenerse en el poder.
El presidente interino agregó que los dirigentes venezolanos conocen bien los riesgos.
“No hay un mayor valor que la libertad. El riesgo está allí en nuestro país. Pero mucho más peligroso es que se perpetúe en Venezuela una dictadura que roba todas las oportunidades”, manifestó.