( EUROPA PRESS ) Venezuela ha pedido al secretario general de Naciones Unidas, António Guterres, que ejerza sus «buenos ocios» para impedir que la «bomba humanitaria» en la que se ha convertido Brasil para sus propios ciudadanos y toda la región por lo que el Gobierno de Nicolás Maduro considera una
«negligencia criminal» en la gestión de la pandemia de coronavirus acabe explotando.
El embajador de Venezuela en la ONU, Samuel Moncada, ha enviado una carta a Guterres para exponerle «la peligrosa situación que sufre América del Sur, incluida Venezuela, como resultado del agresivo avance de la COVID-19 y de la irresponsable actuación del señor Jair Bolsonaro, presidente de Brasil, país donde se ubica hoy el mayor foco de la enfermedad en la subregión».
Brasil es el segundo país más afectado por el coronavirus a nivel mundial, solo por detrás de Estados Unidos. Suma ya 923.189 casos confirmados, incluidas 45.241 víctimas mortales. Pese a ello, Bolsonaro se ha negado a adoptar medidas de confinamiento, dejando prácticamente la gestión de la
pandemia en manos de las autoridades estatales y locales.
Moncada ha llamado la atención sobre «algunas alarmantes actuaciones del Gobierno de presidente Jair Bolsonaro», mencionando «la negación de la severidad de la pandemia», a la que llegó a llamar «gripecita», y la falta de «una política pública coherente para la contención de la pandemia», algo que –ha sostenido– se ha visto reflejado en la sucesión de ministros de Salud «por el simple hecho de apelar a la sensatez».
También se ha referido a las «amenazas al multilateralismo», recordando que Bolsonaro ha sugerido que Brasil podría seguir los pasos de Estados Unidos y abandonar la Organización Mundial de la Salud (OMS)», cuando «esta pandemia ha demostrado que la solidaridad y la cooperación son
fundamentales», por lo que esto «solo puede entenderse como un acto de desprecio del presidente Bolsonaro contra las vidas de sus ciudadanos y de todos los pueblos de la región».
Además, ha señalado que «Brasil es el país de mayor extensión territorial en América del Sur, compartiendo fronteras con nueve países, incluyendo 2.200 kilómetros con Venezuela», al tiempo que ha expresado la preocupación del Palacio de Miraflores por la «intensa transmisión comunitaria» del virus en los estados fronterizos de Amazonas y Roraima.
«Venezuela registra un total de 3.062 casos confirmados, mientras que sólo los dos estados fronterizos de Brasil contabilizan más de 62.000», ha indicado. En este sentido, ha hecho hincapié en «la alta movilidad humana que se registra hoy en esa zona, cuando miles de migrantes venezolanos, huyendo de la discriminación, la xenofobia y otras formas conexas de intolerancia de las que han sido víctimas en el país vecino, regresan voluntariamente a Venezuela, lo cual pudiera ser un detonante para la propagación del virus».
«A la luz de todo la anterior, podemos armar, sin temor a equivocarnos, que hoy el presidente Jair Bolsonaro y su Gobierno se han convertido en el peor enemigo de los esfuerzos para salir victoriosos de la pandemia de la COVID-19 en la región de América Latina y el Caribe», ha advertido.
Moncada ha esgrimido que «la enorme importancia de Brasil en la región hace que su influencia se magnifique, tanto para hacer el bien como para hacer el mal», por lo que al convertirse en «un gigantesco agente regresivo y destructor» constituye «una verdadera bomba humanitaria».
En consecuencia, ha solicitado los «buenos ocios» de Guterres «para que haga un llamado a las autoridades de Brasil a que cesen sus acciones temerarias en la lucha contra esta enfermedad mortal».