El Pacto fue adoptado este domingo por los 193 Estados miembros de la ONU y renueva la Agenda 2030 por 15 años más.
El Pacto del Futuro, adoptado este domingo por los 193 Estados miembros de la ONU, prevé 56 «acciones» para hacer frente a los «mayores desafíos de nuestra época», entre los que incluye la censura de redes sociales, la regulación de la IA, el reconocimiento de pueblos indígenas, la ideología de género, y la prórroga de todos los objetivos de la Agenda 2030 al año 2045.
Principalmente, el Pacto promete acelerar los esfuerzos para alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la Agenda 2030, que buscan erradicar la pobreza a través de la intervención estatal, lograr la igualdad de género y la promoción de un comportamiento humano «verde».
La Agenda 2030, un marco de acción que impera en el plano internacional hace décadas, surgió a partir de los «Objetivos del Milenio» firmados en el año 2000, una serie de puntos que los países miembro de la ONU se comprometían a cumplir para el año 2015, que luego pospusieron para el año 2030.
Estos objetivos, renombrados como «Objetivos de Desarrollo Sustentable», abarcan desde la pobreza cero hasta el ecologismo más extremo. Pero más allá de los objetivos, la hoja de ruta que marca para lograrlos es lo verdaderamente alarmante: la Agenda 2030 quiere construir un gobierno mundial, que le saque la soberanía a los Estado-Nación y le entregue el poder a burócratas que no fueron elegidos democráticamente.
Censura en redes y regulación a la IA
Junto al documento principal, los Estados miembros también adoptaron el Pacto Digital Global para regular las redes sociales de una manera «respetuosa y en beneficio de todos«. Esta parte del pacto implica terminar con el anonimato en Internet, crear regulaciones que obliguen a las empresas a revelar información privada de sus usuarios y un fuerte impulso al «patrullaje» de «discursos de odio».
A su vez, busca regular fuertemente la Inteligencia Artificial (IA) a nivel internacional. «En un momento en que el rápido desarrollo de tecnologías revolucionarias podría amenazar la democracia y los derechos humanos, los Estados se comprometen a crear, bajo los auspicios de la ONU, un Grupo Científico Internacional para promover el diálogo internacional entre los gobiernos y otros actores relevantes del sector«, reza el texto.
Consejo de Seguridad
Por último, este pacto redefine el Consejo de Seguridad de la ONU, que actualmente contiene a 5 miembros permanentes (Estados Unidos, Reino Unido, Francia, China y Rusia), para incluir un nuevo miembro por cada continente.
De esta manera, además de los 5 históricos, tras la aprobación de este pacto eventualmente se incluirán 5 miembros nuevos, uno por África, uno por el Sudeste Asiático, uno por Latinoamérica, uno por Centroamérica y uno por el golfo Árabe.
Si bien todavía no se ha decidido qué país entrará por cada continente, se espera que por Latinoamérica el elegido sea Brasil, que cuenta con el apoyo de los 5 actuales miembros. Estos países tendrán poder de veto en las decisiones que se tomen en el pleno de las Naciones Unidas.
Cambio climático
En cuestiones ecologistas, el Pacto no va realmente más allá de los compromisos adquiridos en la COP28 a finales de 2023 y ya existentes tanto en el Acuerdo de París como en la Agenda 2030, sin embargo, los ratifica.
«El cambio climático es uno de los mayores retos de nuestro tiempo. Estamos muy preocupados por la lentitud actual de los avances para frenarlo«, afirman los países firmantes.
Los parámetros establecidos son horroríficos: se plantea un impuesto global al carbono, fuertes regulaciones a las empresas, multas a las personas físicas por no separar la basura, subsidios masivos para pasar de una economía basada en combustibles fósiles a una economía basada en energías renovables.
Para 2045, este Pacto plantea triplicar la capacidad de las energías renovables a nivel mundial, alcanzar la neutralidad en carbono y limitar el calentamiento global a +1,5°C. Esto podría costar trillones de dólares en crecimiento del producto bruto de los países y casi 20% de la población mundial cayendo por debajo de la línea de la pobreza.
Préstamos internacionales
Uno de los puntos más controversiales del Pacto es que ata los créditos internacionales a una métrica de avance en el cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo Sustentable de la Agenda 2030 (ahora 2045).
Con la firma de este Pacto, todo financiamiento internacional queda condicionado al cumplimiento de la agenda, en particular todo préstamo que depende de organismos multilaterales como el FMI, el Banco Mundial o el BID.
Indigenismo y la ideología de género
La Agenda 2045 también busca redoblar esfuerzos en conseguir la igualdad de género a partir de acciones afirmativas que promuevan privilegios para las mujeres y las llamadas «minorías».
De esta manera, se buscará implementar cupos de género en todos los países, recetas gubernamentales como la implementación de un Ministerio de la Mujer, y la garantía del acceso a «derechos sexuales reproductivos» que no es otra cosa que legalizar el aborto.
Pero esto no se limita a la mujer y a las minorías LGBT, sino que también extiende el otorgamiento de privilegios a indígenas. En uno de sus puntos, establece reconocer las tierras de los pueblos originarios y habilitar sus sistemas de justicia paralela.